En este trabajo trataremos de explicar bajo nuestro punto de vista las consecuencias financieras que el trágico derrumbamiento del puente de Génova puede ocasionar en el futuro de la multinacional ATLANTIA.

Dividiremos el artículo en tres partes diferenciadas. Escribiremos primero  brevemente las actividades de la compañía. En segundo lugar trataremos de cuantificar las consecuencias futuras que puedan derivarse en su negocio, y por último, analizaremos las decisiones sobre inversiones realizadas en los últimos años.

 

HISTORIA Y ACTIVIDAD DE ABERTIS

ATLANTIA es una de las compañías que operan en el sector de las infraestructuras viarias y aeropuertos con mayor tamaño del mundo. Su negocio principal es la explotación de más de 5.000 Kms de autopistas mediante el sistema de peajes así como la gestión de los aeropuertos de Roma y la Costa Azul. Independientemente de su presencia en Italia, también opera en Brasil, Chile, India y Polonia.

Las inversiones en aeropuertos surgieron en el año 2013 como una manera de diversificar su actividad. Primero fue la concesión administrativa sobre los aeropuertos romanos de FIUMICINO y CIAMPINO y posteriormente, en el año 2016, mediante la compra de la compañía AÉROPORTS DE LA CÔTE D´AZUR, que le permitió controlar los aeropuertos de NIZA, CANNES-MANDELIEU y SAINT TROPEZ. Anualmente utilizan sus instalaciones más de 13 millones de pasajeros, que pueden incrementarse al alza si se cumple con el compromiso de invertir en mejoras y ampliaciones por el importe de los 10 mil millones de euros comprometidos.

La actividad de la compañía se completa con otros negocios generados a través de su dedicación principal. La filial TELEPASS opera los sistemas de peaje electrónico y facilita anualmente los pagos a más de 6 millones de conductores, operando también en concesiones de terceros. Actualmente existen más de 11 millones de dispositivos de pago en uso.

Recientemente en España ha adquirido, en alianza con el GRUPO ACS y su participada, la alemana HOTCHIEF, el 50% más una acción, de la compañía ABERTIS. Esta compra, que supone una inversión de  hasta 9 mil millones de euros, le va a permitir  entrar en nuevos mercados como España, Puerto Rico, Argentina, Colombia, Irlanda, Estados Unidos, Canadá, Croacia y Hungría y aumentar su presencia en  Brasil, Chile, Francia e India.

ATLANTIA confía en que, adicionalmente, esta operación le permita crear sinergias con el grupo constructor y encontrar negocios conjuntos en países donde no se tiene presencia actual por sí sola, como Estados Unidos, Canadá, Australia o Alemania, donde HOTCHIEF viene operando desde hace tiempo. Aunque finalmente el precio pagado es alto, espera poder llegar a  desprenderse de la participación que ABERTIS tiene en HISPASAT, al objeto de bajar el incremento en su endeudamiento, consecuencia de la necesidad de financiación adicional. Para la adquisición  no le faltan posibles candidatos, entre ellos la CORPORACIÓN RED ELÉCTRICA.

La operación también ha posibilitado que ATLANTIA pueda adquirir la participación cercana al 30% que ABERTIS tenía en la cotizada CELLNEX.

El grupo se completa con la adquisición reciente de una participación del 15,49%, que le proporciona un porcentaje equivalente al 26,66% en los derechos de voto, en GROUPE EUROTUNNEL SE (GETLINK), dedicada a la explotación del túnel que une Francia con el Reino Unido. Esta inversión supuso un desembolso a principios del 2018 de 1.056 millones de euros. Esta concesión se consideró atractiva debido a su larga madurez, con vencimiento en el año 2086, gozando de una libre fijación en los precios, en un mercado que prevé un aumento en las tendencias de tráfico.

Después del éxito de estas operaciones, se puede considerar a ATLANTIA como un operador global con presencia en 15 países y que gestionará más de 14 mil kilómetros de autopistas, independientemente de sus otras actividades comerciales.

El principal socio de ATLANTIA es el grupo BENETTON a través de su participada  SINTONIA, con una participación del 30,25%, y cuenta entre sus accionistas  importantes con fondos como GIC y BLACKROCK  o  FONDAZIONE CASSA RISPARMIO DI TORINO.

ATLANTIA como tal nace en el año 2003 al ser privatizada y vendida la red de autopistas italianas propiedad de la entidad pública  ISTITUTO PER RICOSTRUZIONE INDUSTRIALE. Esta operación se realizó en el año 1999 con la venta de AUTOSTRADE, que agrupaba la concesión de todos los tramos de autopistas que habían sido construidas por el Estado a partir del año 1956.

Desde el inicio de su actividad, ATLANTIA ha crecido exponencialmente en sus operaciones, lo que ha supuesto un incremento en sus activos gestionados desde el año 2010 a finales de 2017 por un importe de 15 mil millones de euros, pasando de una cifra de 25 mil millones a la actual de 40 mil. En el mismo periodo los fondos propios de ATLANTIA han aumentado en la misma proporción y en menor medida lo ha hecho el endeudamiento. La compañía ha sido capaz de ganar tamaño sin disminuir la rentabilidad vía dividendos de sus accionistas. En los cuadros que completan este trabajo se puede observar la evolución de las principales magnitudes económicas en el tiempo transcurrido desde el ejercicio 2010.

 

REPERCUSIONES ECONÓMICAS POR LA TRAGEDIA DEL PUENTE DE GÉNOVA

El desplome del viaducto de Génova sucedido el pasado mes de agosto provocó el fallecimiento de 43 personas, quedando todavía a la fecha determinar por las autoridades judiciales cuál es la responsabilidad que la filial de ATLANTIA, propietaria de la concesión, pueda tener en la causa que originó el trágico accidente.

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Se ha anunciado la posible retirada futura de las concesiones que posee AUTOSTRADE PER L´ITALIA en el país y se han anticipado importantes multas que pueden llegar a originar en el futuro una pérdida de valor en los activos que gestiona la compañía.

Independientemente del costo que va a suponer la reparación de los daños, si estas medidas se llevan a cabo, ATLANTIA se puede ver perjudicada en el principal negocio de su actividad. Sin embargo, la debilidad política de la coalición que actualmente gobierna en Italia, unido al proceso de valoraciones y reclamaciones entre las partes, hace, a nuestro juicio, difícil la materialización final de las mismas. Por otro lado, el peso de los accionistas principales de ATLANTIA, como el perjuicio que se pudiera ocasionar al ahorro del país, ya que existen obligacionistas y partícipes minoritarios, dificultan la viabilidad de nacionalización de la red de autopistas.

Esto no impide que tanto la compañía como los directivos implicados en el suceso, tengan que responder ante posibles negligencias que puedan dictaminarse como causa de la tragedia.

La primera consecuencia financiera de lo sucedido se ha visto reflejada en la cotización bursátil de ATLANTIA. En el tiempo transcurrido desde el trágico suceso, la compañía ha perdido un valor en bolsa de 6 mil millones de euros, cotizando actualmente a un precio de 18 euros por acción, frente a los 27 euros anteriores. ATLANTIA ha pasado de una capitalización bursátil de  22 mil millones de euros hasta los cerca de 16 mil millones actuales.

Esta valoración puede condicionar el futuro de la compañía. A modo de ejemplo se puede citar la compra que recientemente cerró con la operación de ABERTIS. Por esta compañía se pagaron, entre ATLANTIA y el GRUPO ACS, un total de 18 mil millones de euros, muy por encima de la valoración actual.

Esto puede precipitar la necesidad de desprenderse de activos, debido a la necesidad de realizar caja para poder atender otras necesidades financieras, independientemente de que se perjudique su capacidad de endeudamiento a la vez que aumentan sus costes financieros como consecuencia de la pérdida de confianza del valor.

 

ERRORES DEL PASADO. SOLUCIONES PARA EL FUTURO

Las circunstancias por las que atraviesa actualmente ATLANTIA han permitido poner de manifiesto algunas medidas que en el pasado tomó la compañía, que no fueron del todo acertadas.

La falta de inversiones en las infraestructuras que se gestionan en Italia, es evidente. Las provisiones para reparaciones que figuran en su balance, se materializaron en inversión real, en menor cuantía a lo que debería haberse realizado.

La lentitud por parte de la Administración en dar el visto bueno a los proyectos propuestos, unido a la posible falta de interés por agilizar la puesta en marcha de las inversiones, tuvieron como consecuencia un reconocimiento contable por parte de ATLANTIA de las inversiones pendientes, pero quedó pendiente su ejecución.

Por el contrario esta política tuvo como consecuencia un exceso de caja en el balance.

La fortaleza de la compañía trajo consigo un plan de crecimiento en otros países, así como inversiones en otros sectores concesionales, que perseguía una visión a corto plazo que pretendía hacer más grande el balance de ATLANTIA.

Tal vez, la dirección de ATLANTIA, con una visión a largo plazo, descuidó su actividad de mantenimiento en el corto plazo.

En el futuro, consecuencia de la velocidad al que se ha sometido en el pasado el crecimiento de ATLANTIA, es posible que se vea abocada a una cura drástica, teniendo que enajenar algunas de sus concesiones. El problema es que cuando se tiene prisa por vender, es muy difícil obtener buenas ofertas.

Terminamos este artículo con unas breves notas sobre la evolución económica de la compañía. En ellas se pueden observar los principales datos, donde se aprecia el crecimiento de los últimos años, así como las inversiones realizadas en mantenimiento en cada ejercicio.

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