Aunque el Estado francés lleva directamente una participación en el capital social de THALES del 25,76%, debido a que éste entiende que la actividad que desarrolla la compañía es estratégica a sus intereses nacionales, se ha reservado una acción de oro, de tal forma que sin su consentimiento no se pueden tomar decisiones que afecten de forma sustancial. Para poder controlar formalmente más del 50% de la compañía, DASSAULT AVIATION participa de socio con el 24,70% de las acciones. Como en muchas empresas multinacionales galas los empleados tienen un peso importante como accionistas y el resto del FREE FLOAT hasta el 46,30%, está en poder de fondos institucionales y accionistas particulares. Es curioso que una sociedad con estas limitaciones y con una influencia estatal tan clara en la gestión, despierte el apetito de grandes inversores. La respuesta puede encontrarse en la importancia que se da a la estabilidad en los ingresos así como en las barreras de entrada que existen a posibles competidores.

El equivalente a THALES en España sería la empresa cotizada INDRA. Pero su tamaño y presencia es mucho más limitada y eso nos da una idea del posible retraso que lleva nuestro país frente a economías vecinas en áreas de las que posteriormente hablaremos.

Con 65 mil empleados directos en plantilla, THALES tiene una facturación estable al alza, con una venta final en el año 2017 de 15 mil millones de euros. Pero tan importante como la cifra es la cartera de pedidos en firme que tiene por parte de su clientela y que asciende a 32 mil millones de euros, que le garantiza, independientemente de los nuevos encargos que va asumiendo, trabajo estable para los próximos ejercicios. En el primer trimestre del año 2018, la evolución en todos sus márgenes ha sido igual de positiva consiguiendo un crecimiento en el EBITDA sobre el año 2017 del 14%. INDRA  cerró 2017 con una cifra de negocio de 1.800 millones de euros, es decir el 20% del total de las obtenidas por THALES en el mismo periodo.

El valor bursátil de THALES supone una valoración de la compañía de 22.700 millones de euros, comparados con los 1.800 millones de INDRA, que equivale al 7,90%.

Por último, THALES tuvo unos resultados netos en el ejercicio 2017 de 822 millones de euros, frente a los 126 millones de INDRA, el 15,32%.

A pesar de que proporcionalmente a las ventas INDRA obtiene un beneficio mayor que THALES, la dimensión de la compañía francesa hace que el inversor valore ésta con unos parámetros más altos.

THALES paga una cuota de impuestos del 31% según la legislación del país vecino, frente al 25% que rige en España. No obstante, THALES cuenta en el futuro con posibles ahorros anunciados en estas partidas fiscales, con bajadas hasta el 23-24% prevista para el año 2021. No parece que sea la senda prevista en nuestra nación.

El SEPI tiene un 20% del capital social de INDRA y dispone de mecanismos similares a los que goza el ejecutivo francés con respecto a THALES.

Nos encontramos con empresas de facto controladas por el Estado pero con la presencia de accionistas privados en su capital social. Esto viene  a cuento por el interés que ha manifestado THALES en adquirir INDRA, contra la negativa que siempre ha encontrado en el gobierno español. A pesar de ello, THALES en su tiempo ya fue accionista de la española hasta que vendió su participación, por ser tratada exclusivamente como socio financiero.

Empresas semipúblicas que quieren crecer en áreas estratégicas vitales, muchas veces a base de comprar empresas privadas. En esta situación se encuentra actualmente THALES con la empresa holandesa GEMALCO, la cual ha cerrado por un precio de 4.800 millones de euros, que viene a representar una prima sobre la última cotización del 51%. Para llegar a esta cifra tan alta ha tenido que competir con el grupo ATOS. Con esta adquisición va a aumentar la facturación anual en 3.500 millones de euros y pretende, sumada a su unidad de trabajo, lograr el liderazgo en el negocio de la seguridad digital.

También para crecer más rápido en el área de CIBER-SEGURIDAD, en el año 2015, adquirió la californiana VORMETRIC por 400 millones de dólares, con lo que se hicieron fuertes en modelos de seguridad y gestión de datos. THALES lleva invertidos más de 1.000 millones de euros en mejorar la conectividad, el BIG DATA y la inteligencia artificial que ofrece.

En España, ayudó en la refinanciación del GRUPO AMPER al adquirir el 51% de AMPER PROGRAMAS DE ELECTRONICA Y COMUNICACIONES, que estaba presente en el sector de defensa. El precio por 1,5 millones de euros, aunque aparentemente bajo, sirvió a AMPER para limpiar deuda de su balance y a THALES para asegurarse el control del 100% de la empresa, puesto que ya controlaba el restante 49%.

Las actividades de trabajo de THALES están divididas en cinco divisiones:

  • División de AERONÁUTICA. A través de su instrumental, sistemas propios y trabajo, genera la confianza de aerolíneas, pasajeros y autoridades de aviación civil para que los vuelos que se realizan en el espacio sean más seguros y fáciles. THALES es el primer proveedor mundial en la gestión del tráfico aéreo y el 40% de los desplazamientos en avión son gestionados desde los centros de control de la compañía. Su presencia se da también facilitando instrumental y equipos a la cabina de vuelo así como desarrollando funciones en el fuselaje del avión.
  • División ESPACIAL, que cubre el servicio completo de diseño, operativo y apoyo a satélites. Ha participado activamente en la creación del satélite THALES ALENIA SPACES, que ofrece un amplio abanico de posibilidades comerciales a sus clientes dando servicio y soluciones. En el desarrollo del satélite se invirtieron más de 2.400 millones de euros y actualmente suponen la creación de 8 mil puestos de trabajo adicionales en 9 países que cooperan en el desarrollo.
  • División de TRANSPORTE. Dotada de los medios para acelerar las comunicaciones entre ciudades, países y continentes.
  • División de DEFENSA. Su misión es preparar a las fuerzas armadas con los más altos niveles de tecnología.
  • División de SEGURIDAD. Abarca un amplio abanico de trabajos que van desde los sistemas de seguridad en aeropuertos, implantación de cámaras en ciudades, sistemas de protección en comunicación y protección de datos o el control operativo de sistemas en grandes corporaciones.

Independientemente THALES realiza otros trabajos independientes de las divisiones entre los que destaca la aportación al sistema médico con soluciones tecnológicas avanzadas, satélites para móviles, drones no tripulados o soluciones microelectrónicas.

El desarrollo de THALES ha tenido su evolución en el tiempo. Brevemente diremos que la compañía nació en Francia en 1893 con el nombre de COMPAGNIE FRANCAISE THOMSON-HOUSTON con la idea de canalizar los negocios que en ese país pudiera desarrollar la norteamericana THOMSON-HOUSTON. En 1918 cambia su denominación a COMPAGNIE GENERALE DE TELEGRAFHIE SANS FIN y más adelante, transcurridos los años pasó a estar vinculada al grupo ALCATEL-LUCENT y a adquirir los equipos de defensa de PHILIPS, ya en  1980. En el 2.000 se produjeron dos acontecimientos importantes, por un lado la compañía cambió su denominación por THALES y por otro, adquirió la empresa británica ROCAL ELECTRONICS, con lo que se afianzaba en el Reino Unido, país que hoy abarca el 9% de sus ventas.

Volviendo al negocio de THALES y su visión cara a un futuro próximo, pretende mantener su facturación a partes iguales entre el mercado civil y el militar. El civil es mucho más dinámico pero engendra mayor riesgo comercial mientras que el de defensa, crece a un ritmo más lento pero sin embargo es más seguro.

THALES debe aumentar su presencia en los países emergentes, donde puede presentar ofertas competitivas en productos demandados como sistemas de conectividad y entretenimiento en aviones o productos de ciber-seguridad. Respecto al gasto militar, en el futuro considera que seguirá creciendo en Oriente Medio y Asia. También en Europa aumentará la partida en defensa, principalmente en países como Francia, Alemania y Reino Unido por su colaboración humanitaria en zonas en conflicto y adicionalmente THALES, quiere estar presente en el control y vigilancia de fronteras siguiendo las normas que dicte la Comisión Europea.

En definitiva, su eficacia cara al futuro se tiene que demostrar en su política de compras, en su competitividad en la ingeniería, en la eficacia en las funciones de soporte y en la excelencia en la ejecución de los proyectos. Trabajos con menos inversión y mayores rotaciones y márgenes.

Como empresa activa en el mercado, THALES cierra continuamente pedidos. Entre los últimos conseguidos destaca el suministro en colaboración con TELMEX de siete mil cámaras de seguridad dentro del programa Ciudad Segura de México DF o la compra por parte del gobierno de Bolivia, por un importe de 191 millones de dólares, de 13 radares militares que  van a permitir a las autoridades un mejor control del tránsito aéreo en su zona con el fin de  combatir tanto el narcotráfico como el contrabando.

THALES ha desarrollado un sistema propio que evita el espionaje a altos funcionarios y autoridades a través de TELEGRAM o WHATSAPP, mediante herramientas de seguridad para teléfonos móviles inteligentes.

Por último mencionar que THALES no es un caso único. La dependencia de la contratación pública y la diversificación entre diferentes países con variados sistemas políticos, a veces le han hecho caer en actos claramente corruptos. Uno muy sonado fue en Argentina, durante el periodo de Gobierno de MENEM (1989-1999), donde la compañía fue pillada pagando sobornos al fin de  lograr la concesión del espacio radioelectrónico del país.

DATOS RELACIONADOS