En la sede de ROLLS ROYCE se respira un aparente aire de tranquilidad, mientras se busca solución a los problemas endémicos de la Compañía. No es una situación desconocida para la Sociedad, que ya lleva un largo historial de dificultades, que a lo largo del tiempo le ha obligado a tomar difíciles medidas, algunas impulsadas por la propia compañía y otras impuestas desde fuera, por diversas razones. ROLLS ROYCE que inicialmente tenía dos líneas separadas de negocio, automoción y motores aeronáuticos, en el año 1975, debido a las difíciles circunstancias económicas por las que atravesaba y la inviabilidad de todas sus líneas de negocio, se vio en la obligación de presentar Concurso de Acreedores, con la intención de buscar una solución definitiva a su futuro. La transcendencia en la economía inglesa, su prestigio en juego y las líneas estratégicas de su actividad, condujeron rápidamente a la nacionalización del Grupo por parte del Gobierno Laborista, con la idea de garantizar su continuidad. En la década de los 80 y coincidiendo con una nueva política económica bajo la tutela del gobierno conservador de Mrs. Tatcher, siguiendo las iniciativas tomadas en otras empresas, se procedió a su ordenación, para posteriormente poder venderla mediante una Oferta Pública de Venta y la colocación de sus acciones en la Bolsa de Londres. La dificultad del área automovilística, de gran prestigio, escaso tamaño y poca rentabilidad, forzó la venta a BMW de la fábrica de ROLLS ROYCE y a VOLKSWAGEN de BENTLEY. Estas operaciones sirvieron para ganar pulmón financiero, asegurar la continuidad de la marca y su fabricación, sin pérdida de prestigio, pero no llegaron a sanear el grupo restante en una cantidad suficiente para el futuro, más si se tiene en cuenta los problemas existentes y la falta de visión de un plan de negocio, válido para un sector competitivo, con gran tecnología y que requería de grandes inversiones.

ROLLS ROYCE resultante, era una empresa británica, como era la idea original, dedicada a la ingeniería especializada en turbinas, especialmente para motores de avión y con líneas añadidas de propulsores marinos y sistemas energéticos.

Las necesidades financieras de la compañía requieren una inversión de más de 1.200 millones de libras anuales, para mantener su capacidad en innovación y tecnología. De los cerca de 50 mil empleados en todo el mundo, más de 19 mil tienen la cualificación de ingenieros, para poder prestar los trabajos de gran especialización demandados por su clientela.

Como hemos comentado, se trata de un negocio competitivo pero con grandes perspectivas de futuro. Estudios realizados por las propias compañías calculan que actualmente el número de personas que viajan anualmente en líneas aéreas está próximo a los 3 billones de clientes, cifra que se espera duplicar un mínimo del 60% en 15 años, lo que traerá consigo nuevos pedidos, amortización a un ritmo acelerado de la flota actual e inversiones potentes en tecnología e innovación. Independientemente de lo comentado, ya es una realidad palpable la sensibilidad y por tanto, la correspondiente inversión, en la reducción en las emisiones de CO2, así como la reducción de emisiones y ruidos tanto en aterrizajes como en despegues, todo ello con la idea de reducir a ritmo acelerado la contaminación acústica existente, en aeropuertos cada vez más cercanos a núcleos muy poblados.

A nivel productivo ROLLS ROYCE goza de prestigio en su producto de motores a reacción, dividiendo sus líneas de producción en 5 áreas: Producción aeroespacial civil, defensa y militar, sistemas propios de energía, naval y nuclear. De todas ellas, son los trabajos civiles los que representan un porcentaje mayor sobre ventas, más del 50%, así como aporta mayor porcentaje de margen, antes de todos los gastos, que hace que la compañía haya sufrido enormes pérdidas en el año 2016, después de obtener unos tristes resultados en los dos ejercicios anteriores.

ROLLS ROYCE atraviesa hoy dos grandes problemas para su supervivencia en condiciones de mercados. Unos son propios del sector en el que trabaja y otros son circunstancias ajenas o de prácticas desleales frente a la competencia.

Empezando por los primeros, el elevado endeudamiento de la compañía le ha obligado a someterse a un plan de refinanciación, que ha tenido un coste elevado y que resulta de difícil cumplimiento, limitando su tesorería y forzando unos reembolsos prácticamente de difícil cumplimiento. La estructura de su balance, con una deuda que es superior a todo el inmovilizado de la compañía, obliga a ROLLS ROYCE a la solicitud de anticipos a clientes sobre los pedidos que realizan, así como al retraso en el pago a sus proveedores. En estas técnicas juega en desventaja frente a la competencia que goza de situaciones más equilibradas.

Si no se tiene un control muy exigente, en muchos de los pedidos se producen desviaciones en costos e ingresos, pero estos últimos son siempre menores, por lo que las perspectivas anunciadas son de difícil cumplimiento. Por otro lado, la calidad y plazos exigidos por clientes, también han provocado la ejecución de avales de garantía así como reclamaciones en el momento de la terminación y entrega del producto finalizado.

En el último año, ROLLS ROYCE ha sufrido pérdidas no previstas derivadas de la situación de incertidumbre existente a lo largo de todo el ejercicio sobre la incertidumbre del referéndum Británico y de las consecuencias del BREXIT. El debilitamiento de la libra contra el dólar y el euro ha tenido consecuencias negativas en su cuenta de resultados.

Por otro lado, los casos de corrupción, derivados de compra de voluntades y pago de sobornos, para asegurarse pedidos en Brasil, Estados Unidos y Reino Unido, sucedidos en el pasado, independientemente de una multa de 800 millones de Libras, ha desprestigiado su imagen como compañía. Haría falta una anticipación clara a los movimientos de la Justicia, explicando de una manera abierta y clara, todo lo sucedido en ROLLS ROYCE, así como personas implicadas dentro de la compañía y receptores de las cantidades percibidas, a que fines fueron destinados y los movimientos bancarios con los que se materializaron los pagos. Parece ser que todas estas actividades se generaron por equipos anteriores, pero aclarar la no vinculación de la directiva actual, así como que pedidos se están realizando actualmente fruto de estos sobornos, si los hay, aunque costoso en sacrificio y humildad, a largo plazo, siempre serán bien valorados por el mercado. Estas actuaciones están mermando posibilidades a la Compañía en el área militar y en las relaciones con nuevos pedidos para diferentes gobiernos.

Entre las situaciones que derivan complejidad futura, está el acuerdo alcanzado con la Ingeniería Española SENER, para la adquisición del 53,1% de su participación en la compañía vasca ITP, por el precio de 720 millones de Euros. Sin entrar si este era el valor real en el momento de su venta ó obedecía a acuerdos previos pactados años atrás y que hubieran requerido de una revisión, esta cantidad es inasumible por ROLLS ROYCE en su pago. Existen clausulas que permiten el pago en 8 partes durante dos años, dando al comprador la posibilidad de pagar en acciones o en dinero, e incluso formulas mixtas.

El pago en acciones, opción más posible, implica a largo plazo una problemática importante. Diluye la participación del resto de socios y por otro lado, si el mercado responde a la lógica, la acción tenderá a bajar, ya que los fondos propios actuales, en torno a 1.800 millones de Libras, después de soportar pérdidas en el 2016 por 4.600, no tiene nada que ver con su capitalización actual de 17 mil millones. En la medida que la capitalización se acerque al valor real, mayor será la participación de SENER en el grupo. Por otro lado, no hay que olvidar que el 90% de las acciones de ROLLS ROYCE cotizan libremente en el mercado.

La forma de presentar las cuentas ROLLS ROYCE, habitual de muchas compañías con escasos beneficios y por otro lado totalmente legal, no nos da una visión real de la compañía. Si hablamos del beneficio obtenido sin gastos financieros, estas en margen positivo, pero no cuentas tu enorme deuda, cosa que no tienen tus competidores. Si nos olvidamos de las amortizaciones de nuestro inmovilizado productivo, te puedes encontrar que tu margen no sea real, ya que pasado 5 o 15 años, según criterios fijados, tengas pedidos en cartera que no se puede atender ya que no has ahorrado para la reposición de la maquinaria e instalaciones. Lo mismo sucede con la previsión de pago de impuestos. Teniendo en cuenta todas estas circunstancias, la realidad es que la compañía ganó solo 69 y 83 millones de libras en los años 2014 y 15, perdiendo 4.600 en 2016 y unas cifras parecidas en el 2017, aunque con un incremento en ventas del 12%.

El futuro debe estar en manos de un buen equipo gestor. Si no se toman las medidas necesarias, tales como nuevos productos alternativos bien testados en el mercado, existen competidores potentes como SINGAPORE TECHN ENG, MEGGITT, RATTHEON, TEXTRON, BOMBARDIER o el Grupo Americano UNITED TECHNOLOGIES, que pueden estar interesados en un posible desmembramiento del Grupo y compra de negocios, como ya sucedió en el pasado.

ROLLS ROYCE tiene que luchar contra una serie de riesgos añadidos propios de su actividad. La competencia existente, fallos en los productos a pesar de los altos controles de calidad, situación geopolítica de conflictos y corrupción independientemente de ser realistas con la situación actual de la compañía. En un mercado abierto, la solución no puede pasar por ayudas públicas como las recibidas en el pasado.

En los datos adjuntos, mostramos los cuadros más relevantes de los datos económicos de la compañía. Su estudio lleva a las reflexiones realizadas.

¿Qué opinión te merece Rolls Royce?
Déjanos tus comentarios.

DATOS RELACIONADOS