Creada en el año 2007 con una aportación de capital inicial de 23 millones de dólares ingresados por el empresario TRAVIS KOLANICK y sus socios, UBER TECHNOLOGIES es en la actualidad una potente plataforma de aplicaciones tecnológicas que permite a sus asociados y proveedores independientes desarrollar tanto la prestación de servicios con viajes compartidos, como recientemente iniciativas de reparto de comidas a domicilio.

TRAVIS KOLANICK, después de haber perfeccionado algunas  operaciones como la venta a terceros de sus participadas SCOUR.NET y RED SWOOSH, tuvo en su momento la visión de saber introducirse en el negocio a largo plazo de la actividad derivada del transporte de vehículos privados de bajo costo basándose en aplicaciones informáticas, logrando posicionarse con ello en competencia con la labor que hasta esa fecha venían realizando en las ciudades norteamericanas, y casi de forma exclusiva, los servicios de taxi.

A lo largo del tiempo transcurrido desde el momento de su constitución y hasta el año 2019 en que se tomó la decisión por parte del Consejo de Administración de UBER TECHNOLOGIES INC de salir a cotizar en el mercado de valores de Nueva York, la compañía, y al menos mediante siete emisiones de captación de capital entre inversores institucionales y cualificados, había logrado recaudar en conjunto más de 6.100 millones de dólares, que le sirvieron para impulsar su plan de arranque y posicionamiento en un sector en el que pretendía dominar con su implantación global.

Entre estos inversores iniciales se encuentran firmas comerciales y empresarios reconocidos tales como  la japonesa SOFTBANK, MENLO VENTURES, JEFF BEZOS, GOLDMAN SACHS, GOOGLE, MIKHAIL FRIDMAN o BILL GURLEY. Todos ellos con una apuesta visionaria y esperanzada en el éxito futuro de la compañía, apostaron claramente por la revaloración de una inversión que parecía arriesgada en su momento.

En el caso de SOFTBANK a su vez mostraba una clara apuesta por un mercado donde persigue tener una presencia activa. A través de sus fondos ha realizado en el tiempo inversiones superiores a los 18 mil millones de dólares dentro del sector, donde aparte del 17,5% del capital de UBER, detenta participaciones importantes en la segunda compañía mundial, la china DIDI, en la india OLA, en la brasileña 99 y en la singapurense GRAB, con lo que pretende estar posicionada en una situación de ventaja en las futuras fusiones entre compañías que previsiblemente se acabarán dando en el mercado, dadas las dificultades previsibles que pueden darse cara a la supervivencia de todos los operadores.

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Precisamente estas ganas de materializar plusvalías a corto plazo por parte de los accionistas y socios que participaron inicialmente en las primeras rondas de financiación, unido a la agresividad mostrada por los bancos colocadores en la emisión de nuevas acciones y a la expectativa de futuras revalorizaciones, es lo que han detectado gran parte de los posibles inversores y sin duda, junto con otras incertidumbres del negocio, es lo que ha provocado que en apenas seis meses desde su salida a bolsa las acciones de UBER TECHNOLOGIES hayan sufrido una importante caída del 27 % de su valor inicial hasta la fecha.

En el esquema original diseñado para la salida a bolsa, los accionistas iniciales que mantenían una vez ultimada la operación un porcentaje del 65,3% en el capital, entraron en la compañía a un costo medio de 11 euros la acción, mientras que los nuevos, una vez suscrita la ampliación de capital, llegaron a pagar por sus acciones un precio de 45 dólares.

La salida a bolsa consistió en la captación de 8 mil millones de dólares, para lo que UBER TECHOLOGIES pagó un costo a sus colaboradores en la emisión superior a los 100 millones (1,25%).

Frente a un valor inicial tasado en 81 mil millones de dólares por la totalidad de la compañía, en la actualidad el mercado valora UBER TECHNOLOGIES en la cifra aproximada de 56 mil millones.

Esta caída, por supuesto, también tiene su explicación en los datos económicos que presenta la compañía.

UBER TECHNOLOGIES tiene acumuladas pérdidas desde su inicio y hasta la fecha superiores a los 14 mil millones de dólares. Frente a unas ventas consolidadas en el primer semestre del año 2019 de 6.200 millones de dólares, la compañía tuvo unas pérdidas netas del mismo importe, necesitando realizar un esfuerzo comercial que llega a consumir el 36% de su cifra de negocio, mientras los gastos generales se comen el 32% de las ventas y la inversión en investigación y desarrollo, a pesar de las sumas  cuantiosas destinadas y aplicadas en el pasado, representan todavía el 55% de la facturación.

Del análisis del balance y el estudio del negocio que pretende llevar a cabo la compañía también se desprende que en el corto plazo no es previsible que éste reporte resultados positivos en cuanto a beneficios, y que para crecer UBER TECHNOLOGIES necesita endeudarse, que unido a  la dificultad de volver a realizar otra ampliación de capital sin perjudicar con ello a los nuevos accionistas en el precio de emisión, se verá obligada a  recurrir a emisiones de deuda o crédito bancario, por las que tendrá que pagar tipos de interés muy elevados para hacer atractiva su suscripción. Todo ello con unos ratios de apalancamiento financiero que en la actualidad ya se presentan elevados.

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Si esto no va acompañado de rentabilidad demostrable, aun se perjudica más a la compañía, que tendrá que volver a realizar un plan de negocio esta vez más realista, sino quiere labrarse una imagen negativa en la bolsa, que luego será difícil de remontar.

Un paso dado en este sentido ha sido la dimisión presentada por su fundador como CEO de la compañía, el cual se debe ver refrendado por la entrada de un nuevo equipo gestor que sea capaz de enderezar la gestión en un futuro.

Pero la actividad que desarrolla UBER TECHNOLOGIES también presenta dificultades intrínsecas al propio negocio, que la compañía tiene que ser capaz de afrontar y resolver de forma inmediata para poder garantizarse un futuro despejado de incógnitas, que por otro lado puede verse penalizado, en caso contrario, por la  percepción que puedan tener de ella los potenciales inversores.

Existen muchas sombras sobre posibles reclamaciones legales, tanto en Estados Unidos, principal mercado actual (60%) de UBER TECHNOLOGIES, como en países como Argentina, Alemania, Italia, Corea del Sur o España, derivadas de las consecuencias fiscales de su actividad comercial así como de la responsabilidad o no de obligaciones tributarias relativas a las nóminas de los colaboradores conductores que hacen uso de sus aplicaciones.

En el mercado estadounidense existen más de 60 mil demandas en vigor por parte de conductores usuarios de la red de UBER TECHNOLOGIES, pidiendo en ellas indemnizaciones a la compañía por lo que entienden abusos en la gestión y desprotección laboral.

En este sentido existen ya en contra de UBER sentencias condenatorias de importantes cantidades monetarias en Taiwán, Dinamarca y Suiza.

Se estima que a septiembre de 2019 la compañía tiene reconocidas multas en su contra por un importe superior a los 2.600 millones de dólares, el 32% del dinero que logró captar en su salida a bolsa.

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El sector donde opera UBER TECHNOLOGIES tiene que hacer frente a una alta competencia local que se puede llegar a caracterizar por sus escasas barreras de entrada (facilidad de acceso tecnológico) y donde los operadores tienen que tener costos para sus usuarios, fundamentalmente conductores o consumidores finales, muy competitivos. Por todo ello, se anticipa un posible descenso en las tarifas, lo que siembra todavía más las dudas sobre posibles rentabilidades futuras.

En el caso de UBER, y no es la excepción del sector, ha existido en el pasado una política errática en sus decisiones estratégicas, cambiando demasiadas veces de rumbo sobre el previsto inicialmente, lo que puede transmitir desde fuera una imagen de improvisación en la gestión diaria de la compañía.

Está claro que una misma plataforma puede tener economía de escala en los servicios que presta y no limitarse estos a un solo uso o actividad, pero la diversificación emprendida (mudanzas, bicicletas, comidas, etc.), sin control y seguridad, da una imagen externa de improvisación.

El reparto de mercados con los competidores solo tiene resultados a corto plazo y por las características de la actividad, se presenta como una utopía. Sin embargo, y después de soportar grandes pérdidas, UBER TECHNOLOGIES ha tenido que retirarse de China al ser incapaz de competir en condiciones de igualdad con el líder local DIDI CHUXING TECHNOLOGY, renunciando a un enorme mercado potencial.

Dentro de esta política errática también cabe señalar la venta por 500 millones de dólares de la participación que la compañía mantenía en PAYPAL, así como los acuerdos, todavía inciertos, materializados con el fabricante TOYOTA o los mensajes lanzados por la dirección del grupo manifestando su necesidad futura de estar presente en el mercado de coches autónomos, sin concretarse todo ello en medidas que transmitan fortaleza en las decisiones a tomar.

UBER TECHNOLOGIES tiene que ser capaz de cara a un futuro próximo de mostrar rentabilidad en un negocio que de momento le proporciona más de 99 millones de usuarios al trimestre y genera 1.700 millones de viajes en el mismo periodo temporal. De cómo lo hará, dependerá su evolución próxima.

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