La cadena norteamericana TARGET, con presencia en los 50 estados de la Unión, tiene que enfrentarse a duros competidores, mucho más innovadores y con costes menores en su actividad, como pueden ser WALMART, SEARS, COSTCO o AMAZON entre otros muchos, para poder seguir manteniendo la posición que actualmente detenta en su mercado de origen. Y ciertamente no lo tiene fácil, tal como demuestra su intento de implantación en Canadá, que acabó en fracaso rotundo pese a la cercanía y el conocimiento positivo de la marca existente en dicho país. Sin embargo, los problemas logísticos, de calidad y servicios no pudieron estar al nivel que el reto marcado implicaba.

Pese a que sus ventas en el último año crecieron en una cifra superior al 5,7%, su facturación digital apenas representa el 5% de las que realiza el grupo, lo que le sitúa en una posición clara de inferioridad, a pesar de que éstas crecieron en el último ejercicio un 19%.

Surgida a partir de un gran almacén fundado en Minneapolis en 1962, TARGET actualmente gestiona 1.822 tiendas comerciales a través de 41 centros de distribución, dando empleo a más de 345 mil personas.

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De las tiendas existentes, más de 270 son de una superficie superior a los 15 mil m2, 1.500 se encuentran por debajo de esta superficie y por encima de los 4.500 m2, y 48 son aun de menor tamaño. Sin embargo, esta última tipología es la que muestra mayor crecimiento en la actualidad, habiéndose duplicado su cifra en el año 2018.

Una parte importante de su activo está formado por su patrimonio inmobiliario. El 83% de las tiendas que explotan son de su propiedad, mientras el resto de las mismas se encuentran alquiladas o en régimen de derecho de superficie sobre los terrenos donde se encuentran ubicadas. Estos inmuebles constituyen un activo clave para iniciar un proceso de reducción de endeudamiento y generación de liquidez para poder afrontar retos futuros.

La compañía tiene cinco líneas principales de actividad volcada en el servicio a  sus clientes. Éstas son aquellas destinadas a la venta de productos de belleza y hogar (que representan el 23% de las ventas), las destinadas a alimentación (20%), ropa (20%), muebles y decoración (19%), y por último, aquella dedicada a la comercialización de electrodomésticos y equipos informáticos (18%).

TARGET comercializa, entre muchos productos, marcas propias solo disponibles en sus tiendas y que son  apreciadas por el consumidor norteamericano, tales como JOYLAB, EMBARK, GILLIGAN & O´MALLEY, SONIA KASHUK, UP&UP, MERONA, etc., así como otras que son fabricadas en exclusiva para la red de tiendas procedente de firmas conocidas como MAGNOLIA con su HEARTH & HAND. Estos productos presentan la ventaja añadida de aportar mejores márgenes comerciales que los que proporcionan aquellas marcas generalistas y constituyen un fondo de comercio adicional en el valor de TARGET.

También dispone de locales alquilados a terceros dentro de sus tiendas, como el convenio existente con STARBUCKS, así como alianzas con terceros como el realizado con TARGET OPTICAL.

Al objeto de adaptarse a las nuevas necesidades de los consumidores norteamericanos, TARGET realiza anualmente importantes inversiones en tecnología, lo que dio lugar en el último año a la adquisición de  las plataformas GRAND JUNCTION y SHIPT  (esta última por importe de 550 millones de dólares) con el objetivo final de aprovechar su gran presencia física a través de su red de tiendas, ofreciendo a sus clientes la posibilidad de suministrar los pedidos realizados en pocas horas desde el momento de la compra.

Todo ello en una clara mentalización por parte de la dirección de la compañía de automatización de las tareas y focalización del trabajo realizado por el personal en tareas comerciales. A esto hay que unir las inversiones destinadas a la remodelación y adecuación de las tiendas, que actualmente crecen por encima de la media realizada en los últimos tiempos.

También se llevó a cabo la enajenación de su red de farmacias en los propios establecimientos mediante la venta de CVS PHARMARCY, respetando la presencia de la misma en los establecimientos TARGET, lo que le permitirá seguir contando con ingresos por alquileres, así como aprovechar la sinergia en ventas de otros productos.

Otro punto de especial interés en la operativa de la compañía es la lealtad de su clientela, destacando la importancia que da a la misma. TARGET dispone de su sistema REDCARS (tarjetas propias y MASTERCARDS), que suponen el 24% de sus ventas y que permiten al comprador beneficiarse de ventajas como descuentos en las compras de un 5% y envío gratuito a destino.

Los retos de futuro de TARGET son propios de un sector minorista cada vez más atomizado y donde el factor precio y servicio cada vez tiene más poder. Y todo ello en una compañía, que cotizada en la Bolsa de Nueva York, está siendo observada, como no podía ser de otra manera, por los inversores.

Con una capitalización bursátil de  35 mil millones de dólares y unas ventas anuales en el entorno a los 70 millones, TARGET ha presentado una rentabilidad vía revalorización de sus acciones en el año 2018 del 9,40%. Parte de esta plusvalía ha sido obtenida gracias a los dividendos repartidos, así como a un plan aprobado ambicioso de recompra de participaciones por parte de la sociedad, a ejecutar en tres ejercicios, por un importe máximo de 5 mil millones de dólares. Solo por estas dos actuaciones en el último año, los accionistas de TARGET pudieron percibir una cantidad superior a los 2 mil  millones de dólares.

El endeudamiento de la compañía es proporcional a su tamaño global y asciende a 10.500 millones de dólares, encontrándose en su mayoría con un vencimiento superior a los 5 años, así como se observa en los últimos tiempos un alargamiento en el período medio de pago a proveedores, lo que le permite un mejor uso de su capital de circulante.

Acompañamos como anexo a este trabajo datos relativos a la evolución de las ventas y márgenes de TARGET, así como otros que consideramos pueden ser de interés para el lector.

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