Próximo ya a poder cumplirse el primer aniversario de la salida a bolsa del mayor grupo petrolero del mundo, la multinacional propiedad del Reino Arábigo denominada SAUDI ARAMCO OIL, toca hacer ciertas reflexiones sobre lo acontecido en el tiempo transcurrido desde entonces hasta este momento, así como realizar un breve análisis de la compañía, sus principales características y su previsible evolución futura.

Cabe reseñar que la operación realizada en su día, a pesar de ser la mayor captación de fondos formalizada hasta ese momento en el mercado, y que de facto, llegó a suponer la captación final de 29.400 millones de dólares, se limitaba exclusivamente a colocar el 1,5% del capital de SAUDI ARAMCO. Este importe daba a la compañía una valoración inicial en el entorno a los dos billones de dólares, dato que implicaba que SAUDI ARAMCO era considerada por sus regidores como la empresa de mayor capitalización bursátil del mundo y que ésta se encontraba por encima de las emblemáticas empresas norteamericanas APPLE, AMAZON o MICROSOFT. La base real para manejar estas cifras era que la compañía presentaba beneficios sólidos y estables a lo largo de los años y era capaz de generar siempre flujos de caja positivos, independientemente del comportamiento variable del precio del barril de crudo.

Saudi Aramco to Raise $25.6 Billion in Biggest I.P.O. Ever - The New York  Times

Sin embargo, la colocación de las acciones sufrió en sus inicios importantes reveses y aunque finalmente fue cubierta con éxito, dejó en el camino ciertas fisuras significativas. La intención inicial del Fondo de Inversión Pública del Gobierno de Arabia Saudita, propietario antes de la operación del 100% del capital social de SAUDI ARAMCO, era excesiva en la valoración realizada de la compañía e hizo inviable el diseño de la misma en esas condiciones. Expertos del sector cuantificaban en esos momentos una horquilla de precios finales para el grupo que oscilaban entre los 800 mil y los 1,3 billones de dólares tras el análisis de los datos inicialmente presentados por sus gestores y la cantidad propuesta se situaba lejos del precio objetivo fijado. Esta primera toma de contacto sorprendió a los analistas ya que destripaba una compañía por dentro, que por su singularidad, se había caracterizado en el pasado por la opacidad relativa en sus cuentas y el escaso suministro de información esencial para una empresa cotizada. Se empezaba a conocer de primera mano su información económica, su operativa interna y las reservas con las que contaba el Grupo, que eran la base esencial para su correcta valoración.

Otro problema surgido y que restaba credibilidad a los futuros posibles inversores fueron las singularidades del negocio de SAUDI ARAMCO y su manera peculiar de gobernarse, propia de las características de su país de origen, y en todo caso, lejanas al comportamiento habitual de las sociedades occidentales. Esto provocó que la demanda de acciones por parte de inversores internacionales fuera limitada, y que por lo tanto, la colocación de las mismas fuera suscrita mayoritariamente por suscriptores locales y fondos de inversión de Abu Dabi  y Kuwait.

Aprovechando esta operación y la visualización que de la compañía  se pasaba a tener en los mercados internacionales, en los meses siguientes SAUDI ARAMCO tomó dos decisiones importantes y de gran calado: por un lado la emisión de deuda a través de bonos por un importe de 12.000 millones de dólares que finalizó con una suscripción exitosa y le abrió la puerta a la financiación futura en el mercado de capitales, y por el otro, la adquisición por un importe superior a los 69 mil millones de dólares de una participación mayoritaria del 70% en SABIC (SAUDI BASIC INDUSTRIES CORPORATION), empresa pública del Estado árabe y cotizada en la bolsa de Tadawul, dedicada al negocio petroquímico, lo que le va a permitir abrir las puertas a una importante diversificación de cara al futuro.

SAUDI ARAMCO, cuya principal actividad consiste en la extracción y producción de petróleo, gas natural y actividades petroquímicas es, en realidad, tanto por los impuestos que paga al Estado como por los dividendos que reparte anualmente, la principal fuente de ingresos del Reino de Arabia Saudí, llegando a representar éstos en su conjunto el 60% de los presupuestos estatales. Su actividad, así como su fuente de ingresos, se encuentra regulada en función de los intereses del Estado, que es quien le tiene conferida una concesión por un  plazo limitado de 40 años más una posible prórroga de 20 años adicionales y quien le fija sus cuotas de producción anuales, dependiendo éstas finalmente tanto de razones técnicas como de posibles circunstancias económicas o políticas, así como de un interés general estatal por preservar las reservas naturales del país a largo plazo. SAUDI ARAMCO, en función de los acuerdos marcos suscritos que rigen la colaboración entre ambas instituciones, debe acatar estas resoluciones a pesar de que ello pueda llegar a suponer perjuicios en la gestión de la compañía y ser contrario a sus propios intereses en el corto plazo.

Como dato señalar que, solo con cargo a los resultados netos obtenidos al cierre del año 2018, que ascendieron a 111 mil millones de dólares, SAUDI ARAMCO distribuyó un dividendo a sus accionistas de 73 mil millones de dólares, cantidad que por sí sola representa el 16% del gasto total del presupuesto consolidado de España en ese año. Estos resultados, en ese ejercicio económico concreto, suponían una cifra superior a los obtenidos en su conjunto por APPLE, FACEBOOK y MICROSOFT, y representaban más de cinco veces los consolidados por las petroleras SHELL o EXXON.

Para el Reino de Arabia Saudí en su conjunto,  SAUDI ARAMCO es especialmente relevante ya que a través de sus ingresos futuros se busca la diversificación económica de la nación, muy dependiente de la evolución del mercado petrolífero, y la inversión en sectores alternativos, tales como servicios y tecnología,  que sean capaces de aportar valor de calidad a la economía del país.

La actividad inicial de SAUDI ARAMCO se remonta a los años 30, cuando las empresas norteamericanas STANDARD OIL OF CALIFORNIA y TEXAS OIL obtienen la concesión administrativa gubernamental para la explotación de pozos petrolíferos en Arabia. Ambas crean lo que serían las bases ARABIAN AMERICAN OIL CO. (ARAMCO), negocio al que se incorporarían en 1.944 las petroleras STANDARD OIL OF NEW JERSEY (en la actualidad ESSO) y SOCONY VACUUM OIL (conocida como MOBIL).

Desde los inicios del funcionamiento de ARAMCO siempre estuvo presente el deseo del Gobierno de Arabia Saudí de obtener más cuota de los ingresos generados por el negocio. En los años 50/60 la vía utilizada para ello fue el incremento de los impuestos sobre la facturación y los beneficios y a partir de 1973, mediante la toma de participación directa del Estado Árabe en la compañía. Esta toma de control se realizó en tres fases sucesivas. Inicialmente mediante la adquisición en ese año del 25% del capital de ARAMCO, para aumentarlo en un 40% un año más tarde y tomar el control total de la compañía en el año 1980. Esta última adquisición supuso un desembolso de 1.500 millones de dólares para el Estado Árabe, por lo que se puede decir que el valor total del grupo en ese momento se cuantificó en 3.750 millones de dólares (cerca del 2% de su valor actual en bolsa).

Saudi Aramco to buy stake in South Korean oil refiner Hyundai Oilbank | F&L  Asia

ACTIVIDAD Y NEGOCIOS DEL GRUPO

Dos son las patas principales del negocio de SAUDI ARAMCO y ambas se encuentran perfectamente interrelacionadas entre sí. Por un lado se encuentra la actividad Upstream, y por el otro, la derivada de los negocios conocidos como Downstream.

En la primera de las actividades se incluyen las labores de localización, exploración, desarrollo, y finalmente, producción de petróleo crudo, condensado, gas natural y LGN en todo el Reino de Arabia Saudí. Este negocio se basa en criterios prudentes de gestión con visión a largo plazo, y la compañía juega para ello con las ventajas competitivas de la cercanía entre sí de los principales campos petrolíferos, situados todos ellos fundamentalmente en las provinciales centrales y orientales del país, las cuantiosas inversiones realizadas en el pasado para su interconexión y logística así como el bajo costo de producción, tanto por las inmensas reservas existentes como por la facilidad para su extracción derivadas de las condiciones geológicas de la zona. Este costo está cuantificado aproximadamente en un abanico oscilante aproximado de 7,5 dólares barril Brent frente a los más de 30 dólares/barril que presentan algunos de sus competidores. Este dato es muy significativo en un mercado como el petrolífero, que ha visto una gradual caída en los precios en los últimos años pasando de precios superiores a los 120 dólares barril, a los 72 dólares/barril medio del año 2018, los 64 dólares de 2019, o los actuales, donde se suman a los descensos en consumo, la caída de la economía mundial y las consecuencias de la pandemia COVID-19, que le han llevado finalmente a una media de 37,8 dólares/barril.

SAUDI ARAMCO es el principal productor de petróleo del mundo y es de las pocas compañías del sector, que por su tamaño y condiciones de funcionamiento, tiene capacidad para responder de forma inmediata a posibles incrementos de demanda por parte de sus clientes. En el año 2019 incrementó su producción de doce millones de barriles diarios a trece millones y fue capaz de reponer su capacidad productiva real en poco tiempo pese a los atentados terroristas sufridos en varias de sus explotaciones.

El gas y el GLN, se encuentran localizados en Ghawar, zona donde se haya a profundidad moderada, lo que simplifica los procesos de intervención. La compañía tiene la exclusiva de suministro para todo el país de este producto.

El negocio downstream, surge de la necesidad de dar valor a la cadena de producción del petróleo y completar así el círculo generado por el negocio principal. En esta actividad se incluyen el refino, el suministro y la comercialización así como su participación en la industria petroquímica. Esta línea, por sí sola, consume el 38% de la producción upstream y es usada por la propia compañía para abastecer sus necesidades en sus procesos de producción y fabricación. Esta línea de trabajo le permite contar con presencia, tras la adquisición de SABIC, en más de 50 países donde  cuenta con importantes inversiones y clientes que le garantizan una previsibilidad en sus ingresos futuros.

En el negocio minorista, SAUDI ARAMCO cuenta con su participación en RETAILCO, la mayor red de gasolineras minoristas de Arabia Saudí,  su filial MOTIVA en Estados Unidos, sus participadas SHOWA-SHELL en Japón, S-OIL para Corea del Sur y FREP y SSPC en China.

La compañía posee puntos estratégicos de entrega en Holanda, Egipto, Emiratos Árabes y Japón y basa fundamentalmente su crecimiento futuro en el sudeste asiático.

INCÓGNITAS Y FUTURO DE SAUDI ARAMCO.

Recientemente las principales petroleras del mundo han presentado los resultados obtenidos en los nueve primeros meses del año 2020 y los datos ofrecidos por ellas no pueden ser mas desalentadores, principalmente debido a la crisis causada por el COVID-19, que les ha afectado en su negocio seriamente como consecuencia del descenso de la demanda y el desplome del precio de crudo, y les ha llevado a tener que realizar unas dotaciones extraordinarias en el valor de sus activos y consecuentemente  repercutir éstas en su cuenta de resultados. Ejemplo de ellos son las pérdidas de BP (-21.663 millones de dólares), ROYAL DUTCH SHELL (-17.666 millones de dólares), TOTAL (-8.133 millones de dólares), CHEVRON (-4.878 millones de dólares) y EXXONMOBIL (-2.370 millones de dólares). También ENI y REPSOL se han visto perjudicados por esta situación, obteniendo unos resultados negativos en este tercer semestre de -7.838 y -2.578 millones de euros respectivamente.

En el caso concreto de SAUDI ARAMCO, analizando los datos presentados por la compañía recientemente del tercer semestre del ejercicio en curso, se observan resultados algo mejores con un descenso en ventas del 33% con respecto a los nueve primeros meses del ejercicio anterior y una importante reducción en los resultados hasta situarse éstos en 35.018 millones de dólares frente a los 68.190 millones de dólares del mismo periodo en el ejercicio precedente.

Este descenso en los resultados ya se observó al cierre del año 2019 con respecto a los obtenidos en 2018. Entonces los resultados pasaron de 110 millones de dólares a los 88 mil millones que figuraban al cierre del ejercicio 2019.

Esta situación, de prolongarse, condiciona seriamente la operativa del sector que se verá abocado a reducir sus inversiones, buscar alternativas de negocio y posiblemente estudiar fusiones, y SAUDI ARAMCO, con su tamaño y rentabilidad, no estará ajena a estas circunstancias y posiblemente sea un operador importante a tener en cuenta en este contexto.

A esta situación coyuntural habría que añadirle la tendencia de los diferentes gobiernos de los países occidentales de fomentar la inversión en energías alternativas menos contaminantes y que posean componentes ecológicos en sus procesos, lo que a largo plazo puede  representar una caída adicional de la demanda de crudo por parte del mercado, lo que puede perjudicar seriamente los intereses de las compañías petroleras.

En el caso de SAUDI ARAMCO, pese a los condicionantes de gestión a los que está sometida por parte de las autoridades locales, la compañía se encuentra en condiciones óptimas para afrontar en el tiempo una política de diversificación en este tipo de energías alternativas, no solo mediante la inversión directa en proyectos concretos, sino que, por su liquidez y tamaño, planteándose la adquisición de empresas ya consolidadas y con suficiente implantación en diferentes países, que necesitan de inyección de capital para asegurarse su continuidad.

En los cuadros que mostramos a continuación tratamos de proporcionar al lector información sobre las principales magnitudes económicas de la compañía.

 

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