La CORPORACIÓN DE RADIO Y TELEVISIÓN ESPAÑOLA tiene el encargo de ser la Compañía que con rigor, independencia y pluralidad en la información trasmitida, cubra el servicio  de Radio y televisión al que tienen derecho los ciudadanos. Tal y como está concebida ahora mismo, tuvo su inicio en el año 2007, en una operación donde se incorporaron todos los activos y pasivos que por separado tenían TELEVISIÓN ESPAÑOLA y RADIO NACIONAL DE ESPAÑA. La propietaria de las acciones de la CORPORACIÓN es la sociedad pública SEPI, grupo de empresas de donde cuelgan todas las más importantes participaciones públicas.

Para intentar garantizar su independencia solo rinde cuentas ante el Parlamento, estando gestionada por un Consejo de Administración compuesto por 9 personas. De ellas 5 son elegidas por el Congreso y 4 por el Senado de España. El Presidente del Consejo de Administración dirige la CORPORACIÓN con el acuerdo del Consejo. Su sueldo es de 197 mil euros brutos anuales.

Entre los objetivos que se marcaron con la creación de la CORPORACIÓN, era conseguir financiación mixta, parte por aportaciones del Estado y otra por publicidad, de tal forma que se garantizara unas cuentas saneadas y que tuvieran visibilidad, tanto en el corto como en el largo plazo, demostrando así su viabilidad.

Las cantidades que debía aportar el Estado, previa aprobación de las cuentas, eran contempladas en los Presupuestos.

Como se  observa en el cuadro donde mostramos los ingresos de la CORPORACIÓN, en el año 2009 hubo un cambio normativo, que tuvo sus consecuencias a partir del año 2010. Consecuencia de ello, la CORPORACIÓN no podía financiarse por publicidad y por lo tanto se eliminaba esa forma de tener ingresos, dejando ese hueco para las compañías privadas, dos de las cuales cotizan en la Bolsa Española y por lo tanto podemos analizar las consecuencias que en ellas produjo tal decisión.

La nueva fórmula de financiación del ente, se materializaba con una fórmula que tuvo la virtud, al menos en apariencia, de no satisfacer a nadie. Parte de la financiación procedía de los competidores privados, mediante la aportación de un 1,5% o el 3% de sus ingresos, dependiendo de su actividad, con el tope de no llegar a suponer más de 20 o el 15% según caso, de los presupuestos anuales. Por otro lado, la CORPORACIÓN tenía derecho a cobrar por el uso de la reserva de dominio público radioelectrónico hasta un tope de 380 millones de euros.

Por último los operadores de telecomunicaciones tenían que contribuir, con un 0,9% de sus ventas, con la limitación del 25%.

Aunque en el tiempo, este sistema fue ventajoso para las compañías cotizadas que hemos analizado, todas las partes implicadas acabaron recurriendo.

La Comisión Europea también puso en duda el sistema de financiación elegido, hasta que finalmente y tras muchas discusiones, se logro aprobar.

Esta es la historia rápida del modelo de actuación y financiación, aprobado para los presupuestos de la CORPORACIÓN RADIO Y TELEVISIÓN ESPAÑOLA.  A raíz de esto, queremos hacer un pequeño análisis, sin entrar en grandes profundidades y por supuesto, fácil seguramente de rebatir.

En el período transcurrido entre 2010 y 2016, la CORPORACIÓN ha recibido ayudas públicas por un importe de 6.464 millones de euros, lo cual le ha permitido acumular unas pérdidas contables que suman la cantidad de 420 millones de euros. Sumadas las subvenciones, con las pérdidas, que habrá de pagar la CORPORACIÓN para dejar saldadas sus cuentas, estamos hablando de una cifra cercana a los 6.900 millones de euros.

Si analizamos las cuentas de ANTENA 3 y TELE 5, nos damos cuenta que en ese período sus ventas fueron de 5.794 millones de euros en la primera y en la segunda, 6.372 millones.

En cuanto a las cifras de beneficios, Antena 3 ganó neto en este período 553 millones y TELE 5, 629 millones de euros. Ambas compañías, han sufrido períodos de caída en publicidad y resultados.

Por último vamos a ver lo sucedido con el costo de personal en estos años. Los sueldos en la CORPORACIÓN fueron de 2.629 millones de euros, frente a ANTENA 3 y TELE 5 que tuvieron respectivamente,  854 y 734 millones de euros.

¿Qué conclusiones sencillas, se pueden sacar a la vista de estos datos? Hace falta un cambio en el modelo existente, por muchos motivos.

Dos cosas llaman la atención, el modelo de televisión privada, tal como está operando actualmente, poco a poco, se ha ido haciendo insostenible. Los tiempos cambian a una rapidez vertiginosa y lo que era una solución en el año 2010, ahora no sirve. La recaudación por publicidad se irá perdiendo porque en el mercado existe publicidad mucho más barata y con mejores  resultados y porque existen competidores nuevos, que ofrecen modelos inexistentes en 2009, que con precios módicos, ofrecen productos que son  más demandados. Esto, que está sucediendo en otros países, aquí en poco tiempo arrasará. La televisión convencional le puede acabar pasando lo que le sucede a la prensa escrita, lo que ha supuesto llevar años superviviendo a base de acumular deudas y financiar perdidas, al mismo tiempo que reducen su estructura.

La CORPORACIÓN no tiene solución, sino existe una voluntad política real de quererlo arreglar. Desgraciadamente esto supone una reducción de todos sus gastos, eliminando servicios y vendiendo patrimonio, de tal forma que tenga unos costos competitivos similares a su competencia. En realidad, si dos competidores tienen costos similares por dar el mismo servicio, la CORPORACIÓN no los puede duplicar. Esto se puede mantener en el tiempo, pero sabes que va a costar 700/900 millones de euros anuales. Y aquí no se habla de las TV autonómicas, que presentan proporcionalmente a su tamaño, una situación similar y en muchos casos peor.

En cualquier caso, internet, las nuevas formas de Tv de pago, con las diferentes formulas que ofrecen, están en el mercado. Con ellas hay que competir y para ello, las empresas privadas tienen que cambiar modelos de actuación, contando que no van a recibir ayudas públicas y que la competencia, quiere una amplia cuota de mercado que aún no posee.

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