BURFORD CAPITAL nace en el año 2009, en plena crisis económica mundial, con la clara intención de ser la primera compañía en poder aprovechar un nicho de mercado hasta ese momento inexistente. Sus fundadores, CHRIS BOGART y JON MOLOT, supieron reconocer una interesante actividad que podría ser de utilidad en los negocios tanto para empresas como para los despachos de abogados.
Tanto las oficinas profesionales jurídicas como las grandes corporaciones internacionales han podido encontrar una nueva fuente de ingresos utilizando los servicios de BURFORD CAPITAL.
Para un posible cliente poder convertir un litigio en un activo realizable de la empresa puede ser importante, más en una época donde la reclamación judicial puede traer consigo una inmovilización de recursos financieros necesarios en otras líneas más apremiantes del negocio, así como un prolongado periodo de tiempo para su cobro en caso de haber conseguido una sentencia favorable. Encontrar un fondo que mediante un descuento importante anticipe la tesorería reclamada puede ser interesante para ambas partes.
En las grandes multinacionales esta entrada de recursos supone obtener ingresos en el propio ejercicio, sin tener que esperar posibles apelaciones, permitiendo centrar la tesorería en su negocio principal.
Los despachos jurídicos de abogados normalmente no cuentan con una estructura empresarial ni están dotados de un fondo de maniobra importante, de tal forma que no puedan financiar importantes pleitos encargados por sus clientes a éxito. La entrada de tesorería para la financiación del bufete a cambio de un porcentaje de los honorarios futuros puede ser una alternativa a esta situación. En todos estos asuntos BURFORD no lleva el caso, sino que se limita a estudiar la operación y su viabilidad, delegando en el profesional el trabajo.
Estas constituyen la principal actividad de BURFORD CAPITAL. Con el tiempo esta especialización le ha permitido abrirse camino en nuevas líneas de negocio, que sin embargo todavía no son significativas en cuanto a su importe, pero que le pueden aportar mucho valor en el futuro. Mencionar entre ellas el rastreo de activos de empresas insolventes,en caso de producirse alzamiento en sus bienes, la experiencia adquirida en la selección de operaciones, que le puede permitir ser extremadamente selectivo en las mismas e incluso, antes de la sentencia firme, vender su posición a terceros mediante el mercado secundario o asesorar a otros fondos de inversión en operaciones de asset management, percibiendo comisiones fijas sin que esto represente aportación de capital propio.
Desde su constitución en el año 2009 hasta la fecha, BURFOLD CAPITAL ha participado en 82 operaciones financieras, consiguiendo en este tiempo invertir 1.242 millones de dólares. Al principio en éstas invertía un importe medio de 3 millones de dólares en cada una y actualmente se realizan por cifras superiores a los 20 millones. Estas cifras tan grandes le pueden permitir tener acceso a negocios al alcance de muy pocos competidores, por lo que puede adquirir las posiciones a precios más bajos obteniendo en un futuro rentabilidades mayores.
El periodo de tiempo desde que se realiza la inversión hasta que se produce el ingreso por la sentencia favorable suele estar entre año y medio y dos, y estas han supuesto desde el año 2013 hasta 2017 la cantidad de 836 millones de dólares en cobros reales. En los datos disponibles del primer semestre del 2018 la facturación crece un 17% adicional en comparación a lo que sucedió el año anterior en los seis primeros meses.
Con unos fondos propios de 950 millones de dólares y gestionando a la fecha unos activos totales de 1.800 millones, BURFORD CAPITAL ha acudido a la emisión de bonos para financiar sus operaciones. De momento el éxito le acompaña. La compañía goza de una salud financiera envidiable, unos costos muy competitivos y obtiene unos márgenes altos de rendimiento.
Esta situación se ha visto reflejada en el comportamiento que en el pasado tuvo el precio de la acción. El accionista que acudió a la oferta pública de suscripción en un primer momento y las ha mantenido en cartera hasta la fecha, ha podido obtener una rentabilidad superior al 1.250%. Sólo en el último año natural tuvieron una revalorización del 37%.
Con un ROIC del 75%, una TIR del 31% y un retorno al capital invertido del 37%, es lógico que la compañía siga una política de reparto de dividendos comedida. Es mayor la rentabilidad que se obtiene creciendo con los recursos generados por la compañía en su actividad, que cualquier otra alternativa de inversión que puedan encontrar sus socios, que además se benefician de la liquidez inmediata que les proporciona el mercado de valores.
Entre sus accionistas, a la vez que se encuentra el equipo directivo con una participación superior al 12%, se haya INVESCO PERPETUAL (15%), WOODFORD INVESTMENT (9,5%) y OLD MUTUAL (5%).
El dividendo en el último ejercicio representó el 0,37% del valor de mercado en Bolsa de BURFORD CAPITAL, que asciende a 3.350 millones de libras esterlinas.
Como dato positivo adicional mencionar que posee una cartera de activos muy diversificada, ya que en ningún caso ninguna operación representa más del 5% del riesgo total adquirido y de las firmas de abogados a los que se les ha anticipado liquidez ninguno de ellos supone más del 15% de lo invertido en esa rama de actividad.
Con respecto a los fondos tradicionales en equity presenta bastantes ventajas para el inversionista. Mientras los primeros invierten en empresas con perspectivas de crecimiento por un plazo medio de 5/10 años, aquí los periodos de maduración son más cortos. La experiencia del equipo gestor, compuesto por más de 90 profesionales con perfiles jurídicos y financieros, hace que aproximadamente el 80% de los casos terminen con sentencias favorables.
BURFORD CAPITAL que empezó operando en Estados Unidos, ha diversificado su presencia y el 36% de sus operaciones se realizan en otros países. Para captar las operaciones tiene operativa oficinas en Chicago, Nueva York, Londres y Singapur.
Para terminar quisiéramos exponer dos de los casos, entre otros muchos, que ha llevado con éxito BURFORD CAPITAL y que en cierta medida han tenido repercusión en nuestro país. Se trata de las inversiones realizadas para la adquisición de los derechos conocidos como PETERSEN y TEINVER, los dos originados inicialmente en su momento por decisiones arbitrarias tomadas por el Gobierno de Argentina y que han acabado teniendo gran repercusión mediática.
TEINVER era la compañía propietaria de AEROLINEAS ARGENTINAS, cuyo capital estaba en manos de accionistas españoles. En el año 2008 las acciones que ostentaban estos empresarios fueron expropiadas alegando para ello el gobierno argentino la mala gestión que se venía ejerciendo por la propiedad en la gestión de la compañía. BURFORD CAPITAL invirtió 30 millones de dólares en tomar la posición de los demandantes y pasado el tiempo y tras varias sentencias favorables puede terminar alcanzando un valor indemnizatorio superior al 736%.
El caso PETERSEN también afecta al gobierno argentino y viene motivado por los perjuicios económicos que pudo tener para el grupo empresarial ESKENAZY la expropiación realizada sobre las acciones que REPSOL tenía en la argentina YPF. La inversión realizada por BURFORD en su momento ascendió a 17 millones de dólares. De esta posición se desprendió del 25% por una cantidad superior a los 100 millones de dólares y el 75% restante calcula que le puede acabar generando unos ingresos adicionales superior a los 440 millones.
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