Creada en el año 1977, con la finalidad de ser interlocutor de las empresas ante el Gobierno y las Organizaciones Sindicales, para participar en las negociaciones, en esos momentos incipientes sobre materia económica, que por su importancia afectaban al conjunto de la sociedad española. Para la constitución de CONFEDERACION ESPAÑOLA DE ORGANIZACIONES EMPRESARIALES, fue fundamental el papel desempañado por D. CARLOS FERRER SALAT, impulsor de la creación de la Organización, que supo, en los momentos difíciles que vivía España, moderar con valentía y buen juicio, promover las negociaciones necesarias sobre temas muy problemáticos, encontrando puntos de solución en todas las temáticas abiertas. Materias tabú en aquella época, ayudó a resolverlas en las mesas de negociación. Nos referimos a los incrementos salariales, la reducción de las horas de trabajo, el aumento de la productividad laboral, las negociaciones con sindicatos y su reconocimiento dentro de las empresas, el derecho a huelga, que supo llevar, entre un Gobierno con muchos frentes abiertos y unos sindicatos muchas veces politizados.

A D. CARLOS FERRET SALAT, empresario, ligado a la industria farmacéutica, le sustituyó en su puesto D. JOSE MARIA CUEVAS, hasta entonces Secretario General de C.E.O.E. Su vida laboral, salvo un período pequeño como ejecutivo en una empresa papelera, transcurrió siempre dentro de la Organización. Primero en un cargo directivo y posteriormente, por un período de 23 años, como Presidente. Se encontró con una Organización ya estructurada y que tenía unas bases, dentro de las negociaciones con Sindicatos y Gobierno, ya establecidas y normalizadas.

A su fallecimiento, fue sustituido por D. Gerardo Díaz Ferrán, quien a los tres años de Presidencia, se vio obligado a dimitir por problemas económicos e imputaciones en diversos casos delictivos. Desde ese momento, tras unas elecciones ganadas por D. JOAN ROSELL, es él quien viene ocupando la Presidencia hasta la fecha.

C.E.O.E. representa a 4.500 asociaciones empresariales y 225 organizaciones territoriales y sectoriales, con una estructura orgánica que está compuesta por la Presidencia, 4 vicepresidencias, 1 Secretaria General y 8 Directores. Independientemente de la estructura existente, se han constituido 22 comisiones de trabajo para realizar estudios sobre materias que afectan al Empresariado. En las oficinas, situadas en la calle Diego de León, trabajan 92 empleados administrativos, con un costo salarial de 7 millones de Euros.

En estos años, ha cambiado el panorama económico y empresarial de una forma radical, de tal manera que las estructuras existentes en el pasado, ya no son necesarias ahora, ya que las relaciones entre las partes se rigen de forma diferente. Por un lado, existe una relación mucho más estrecha entre la Dirección de la empresa y sus empleados, han aumentado las multinacionales que se han implantado en nuestro país, multitud de empresas españolas han crecido en tamaño, muchas de ellas cotizando en Bolsa, a la vez que se han internacionalizado y están lideradas por ejecutivos, ajenos a la propiedad de la Compañía. Por otro lado, la existencia de empresas de tamaño pequeño y mediano, que han invertido en modernizar sus procesos productivos y han visto en la exportación una forma de ganar tamaño y abrirse a nuevos mercados. La entrada de España en el Mercado Común y la apertura de fronteras, así como la unidad monetaria con la figura del Euro, son brevemente, algunos de los elementos de cambio que se han vivido.

En el año 1985, al objeto de dotar a la Organización de unas oficinas de trabajo, al mismo tiempo que se devolvía a los Sindicatos parte de su patrimonio histórico, el Estado donó a CEOE el edificio completo de Diego de León y la calle Alcántara de Madrid. En ese momento, se realizó una valoración de los inmuebles de 32 millones de Euros.

CEOE apoya a CEPYME con abonos anuales, por importe 1,3 millones de euros, para que pueda atender sus necesidades y garantizarle su supervivencia.

Los ingresos para mantener la estructura de CEOE proceden de 724 vocalías y 129 empresas, que con el tiempo y aduciendo recortes por las circunstancias económicas, van disminuyendo su aportación dineraria, en estos últimos años. Aun así, se consigue una recaudación importante, que si se tomarán medidas necesarias, haría a la Organización sostenible, independientemente de los cambios en su funcionamiento, que son necesarios llevar a cabo.

Las instalaciones centrales de CEOE, situadas en la céntrica calle de Diego de León de Madrid, están ocupadas por la Organización solo en un 38% de su superficie. Sin embargo, en los últimos 5 años, para que pudiera ser sostenible CEOE, el Estado Español ha subvencionado a fondo perdido, con 27 millones de Euros.

Diferentes formulas se podían haberse realizado para la obtención de fondos, que evitaran estas cuantiosas e innecesarias subvenciones. Haber buscado unas oficinas en alquiler, adecuadas a sus necesidades y en un lugar menos céntrico, alquilando el edificio de Diego de León. La cantidad de dinero obtenido por la diferencia entre lo cobrado por las rentas y el costo del alquiler, hubieran hecho ahorrar al Estado las cantidades pagadas en subvención.

Tampoco es entendible, en un cargo elegido por votación, la remuneración económica de sus miembros, ya que el trabajo de preparación de los temas a tratar, es realizado por el personal de CEOE. Está remuneración asciende a 320 mil euros anuales.

Es absurdo, la creación de una Fundación, con la finalidad de fomentar actividades culturales dentro de la Asociación.

La estructura es tan desproporcionada que en el año 2015, se cerraron las oficinas de representación abiertas en Bruselas, que carecían de todo sentido.

Si cada vez son menos las empresas que colaboran en su mantenimiento, si existe una mala gestión en cuanto a los gastos, no habiendo sido capaz de tomar decisiones que en condiciones normales se tenían que haber tomado desde el inicio, es normal que su supervivencia, en la forma actual, quede en entredicho.

Cada vez son más las agrupaciones sectoriales, que se unen para temas concretos y tratan de ejercer presión, de una forma legítima, aportando ideas en defensa de sus intereses. Y en un sistema de libre competencia, cada empresa busca su participación individual en el mercado donde opere.

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