El peso de la Industria del Automóvil en la Economía Española es vital, y su importancia es tal, que el automóvil y su industria accesoria viene a representar el 10% del Producto Interior Bruto de nuestro País. Aunque el tiempo se ha llevado consigo la existencia de todos los fabricantes de capital netamente nacional, y todos las Empresas que producen en España son multinacionales con sedes en diferentes países, no es menos cierto, que en la industria de componentes y subcontratistas, en las últimas décadas se han creado sociedades de gran importancia, que no solo abastecen a la Industria Nacional, sino que también exportan una cifra importante de su producción.
Como vemos en el cuadro que presentamos en la parte inferior, aunque con altibajos en la producción, actualmente en España se producen 2,885 millones de automóviles, cifra superior a la producción que se realizaba en el año 2005, referente para medir muchas veces la recuperación económica de los diferentes sectores de nuestra economía.

El 83% de nuestra producción es exportada, lo que viene a suponer que entre las ventas al extranjero de automóviles e industrias auxiliares, representan el 19% de la cifra total de Ventas al Exterior que realiza nuestro País.

España se ha convertido en el segundo fabricante de automóviles europeo y el primero en vehículos industriales. Y esto es así, a pesar de que los principales fabricantes en nuestro país tienen su origen en Europa (Francia, Italia y Alemania).

Nuestro tejido industrial está compuesto por 17 plantas de fabricación, dispersas alrededor de nuestro territorio, y más de mil empresas subcontratistas. La industria emplea de una manera indirecta más de 2 millones de puestos de trabajo.

Somos el octavo productor mundial de automóviles, por encima de países como Francia, Reino Unido e Italia y segundos en Europa, solo superados por Alemania.

Nuestras exportaciones se realizan fundamentalmente en Europa, gracias a la moneda única y a la cercanía del destino, pero en los últimos años han tenido repuntes países como Turquía y Argelia, que aunque mercados duros y difíciles, se ha conseguido una buena cuota de penetración. En cualquier caso, nuestras exportaciones llegan a más de 100 naciones.

Paralelamente a la exportación de automóviles, han surgido las industrias de componentes. Han logrado especializarse en la exportación e incluso en la apertura de Centros de Trabajo y Producción en países con mayor capacidad productiva que nosotros y a los que abastecemos en sus necesidades gracias a nuestra experiencia y tecnología (India y China).

En cuanto a las ventas nacionales de automóviles de turismo, el año pasado, y apoyado, en los planes de ayuda del Gobierno, las ventas crecieron, por encima del 10% en el primer semestre, para bajar al 5% en el segundo semestre. Hay datos para pensar que despejadas incertidumbres económicas, estos aumentos continuaran. Basta decir dos ejemplos claros. La Edad media de los vehículos que circulan por nuestras carreteras y calles es de las más altas de los países que nos rodean. Un 55% de los vehículos tienen más de 10 años de antigüedad.

La DGT tiene realizado un estudio donde señala que la media de edad de los automóviles que han sufrido un accidente, tiene más de 14 años.

Nuestra industria representa el equivalente a 100.000 millones de euros y su grado de competitividad es tal que existen 980 robots por cada 10.000 puestos de trabajo.

Antes de entrar en el análisis aunque sea superficial de las posibilidades cara a un futuro del sector, señalar que España, a su vez importa cerca de 500 mil vehículos al año, casi todos Europeos. Puede ser otro dato, que indique la mejoría de nuestra economía.

Nuestro modelo de producción se basa en varios puntos, que en combinación, es lo que nos hace competitivos, y cuya mejora hemos de perfeccionar, para no quedarnos atrás con respecto al resto de países, en un mercado muy competitivo.

– Cualificación en los puestos de trabajo. Especialización en cada una de las fases de producción con mano de obra cualificada en todos los niveles, desde operarios a ingenieros.
– Aunque tiene sus riesgos, nos hace competitivos, dentro de la globalización de las marcas. Especialización en la producción de modelos completos de tamaño pequeño e intermedio con mercado seguro en venta. No obstante, es fundamental dentro de ello, la inversión en I+D+i, que en el último año alcanzó la cifra de 1.700 millones de euros, (cercano ya al 2% del valor de la producción). Con esta inversión somos el tercer país europeo y quinto a nivel mundial en robotización de sistemas.
– La cercanía de los proveedores, es fundamental. Estos venden a terceros, y fundamentalmente en exportación, el 50% de su producción. Muchas de estas ventas son a fabricantes europeos, y su base de compra está basada en la calidad, competitividad y precio.
– Para afrontar el mercado de la exportación y crecer en él, es importantísima la logística, tanto por red ferroviaria como por puertos. El transporte a destino viene a suponer el mismo coste que la mano de obra aplicada en la fabricación. Queda poner medidas de liberalización reales en el transporte de la producción, para que seamos competitivos, y se pueda abrir nuevos mercados y conservar los presentes (entre los países exportadores de Europa somos los que nos situamos en un extremo y por lo tanto, con coste de transporte más caros).
– Hay que realizar inversión en el cuidado del medio ambiente, convencidos de que traerá consigo mejores condiciones de trabajo, y producto final de mayor calidad.

Siempre se ha comentado que el sector automovilístico, era un indicador claro de los caminos que iba a recorrer la economía. Ojala esta vez sea así también, pero tenemos que estar alerta, a posibles cambios. Como hemos dicho antes, estamos en niveles del año 2005, en un sector que llegó a producir cerca de un 30% menos (año 2012).