LOS PARQUES EÓLICOS EN ESPAÑA

Los parques eólicos son de gran importancia en España, aportando en su conjunto el 21,10% de la energía eléctrica que consumimos. Esta no se puede considerar como una fuente única disponible, sino que debe estar apoyada en otras alternativas.

La potencia actual instalada en España es de 23.026 MW, siendo el cuarto país en producción por detrás de China, Estados Unidos y Alemania. El mayor complejo instalado en Europa sobre tierra, se encuentra en Huelva, con 383 MW. Pese a ello, los mayores complejos mundiales, son los americanos y concretamente en el Estado de Texas, donde están ubicados los más grandes hasta ahora instalados.

El mercado eólico, dentro de un sistema estable regulado y no sobrepasando la cuota de su parte proporcional de aportación, puede ayudar a bajar el recibo de la luz. En España es la primera fuente de electricidad en estos momentos.

La industria eólica consiste en la agrupación, manteniendo distancias, de aerogeneradores para transformar el viento en energía eléctrica, bien sea mediante montajes en tierra – lo más frecuente – ó en mar – en aumento en Europa – ya que generan mayor aportación.

Para instalar un parque hay que realizar un estudio previo sobre la zona elegida, mediante análisis del comportamiento del viento. Esta decisión viene a tomarse en un período de un año. En la implantación de las turbinas se ha aplicado tecnología capaz de hacerlas más eficientes y por lo tanto, poder aprovecharse y adaptarse a los cambios que se pueden producir en la velocidad del viento.

Por lo tanto, ya vemos alguna de las desventajas que luego ampliaremos: La producción es intermitente – ya que no produce siempre lo mismo – y los excesos no pueden ser almacenados. Este sistema no puede ser considerado como una fuente única disponible y debe estar apoyada por otras alternativas.

Para un mejor aprovechamiento, se tiende a la producción de torres altas – que aunque exigen mayor separación – aprovechan la mayor velocidad del viento. Para que sea rentable el parque la velocidad debe encontrarse en 3 y 25 m/s.

Las ventajas principales que aporta esta fuente de energía son que se considera segura y renovable, no produce emisiones atmosféricas, resulta fácil de desmantelar, su implantación resulta rápida y menos costosa, el suelo colindante puede ser usado para otros usos agrícolas, con el mantenimiento se generan puestos de trabajo y por supuesto, en los municipios donde se decide su implantación tributan en relación a las ordenanzas establecidas.
Entre las desventajas podemos enumerar su impacto visual desagradable a la vista, un posible impacto ecológico en las rutas de las aves así como en la flora colindante, el efecto sonoro producido en su cercanía ya que no se puede vivir a menos de 200 metros de la instalación, la propia erosión producida por cimentación del generador, posibles interferencias debido al gran tamaño de las palas en ondas de radio o móviles.

De todas formas, parecen mucho mayores las ventajas que los inconvenientes, lo cual no implica que no se haga caso de ellos, más bien se ha de seguir trabajando en la eliminación de los mismos. Hace ya veinte años de la primera instalación eólica en España, realizado por ACCIONA, en Navarra (Sierra del Perdón) y sigue en funcionamiento a pesar de que siempre se considera en los estudios, una vida útil cercana a la que cumple actualmente.

En cuanto a los parques marinos, que son de mayor rendimiento, en España no se pueden realizar por la profundidad de los mares que nos rodean, pero no así en el mar Báltico donde existen más de 8.771 MW ya instalados en Dinamarca. Sin embargo, el mayor parque marino instalado se encuentra en el Reino Unido, en el Estuario del Támesis, con una potencia de 630 MW.

En cuanto a costos de una instalación, partiendo de que distintas singularidades pueden influir en él, lo usual es que el aerogenerador represente el 70% de la inversión, la infraestructura y obra civil el 14% y el 8% respectivamente y el resto se reserva para el refuerzo de red y otros gastos. Los gastos de mantenimiento anual están estimados en 17.500 Euros por MW.

En los cuadros superiores vemos las comunidades autónomas españolas por orden de producción. La comunidad líder es Castilla-León. En negocios de gran crecimiento – en el año 2005 se llegaron a adjudicar cerca de 5.000 MW- y donde se producen adjudicaciones por decisión última de carácter político, desgraciadamente se producen fraudes en las mismas. Hacienda ha detectado más de 35 pagos por comisiones para la autorización de parques eólicos, así como adjudicaciones a empresas pantallas – sin ningún tipo de experiencia – que posteriormente eran revendidas a empresas operadoras. Estas adjudicaciones ya están siendo estudiadas por la fiscalía y los jueces, pero independientemente de las condenas que se produzcan por estos hechos aparentemente delictivos, esta forma de actuar quita competitividad al sector, perjudicando en última instancia, al consumidor final.

Las empresas pequeñas del sector, operando financiando su inversión con créditos hipotecarios por el total de la inversión a realizar, produciendo posibles desvíos en los costes, retrasos en la implantación, o que los mismos coste indirectos de honorarios del equipo impulsor, han llevado a situaciones de suspensión de pagos o de falta de viabilidad. Empresas más grandes han salido como solución comprando instalaciones, e incluso fondos de inversión, hasta la fecha fuera del sector, han llegado a acuerdos con la banca acreedora, comprándoles la deuda, para posteriormente pactar la entrega del parque. CERBERUS RENOVALIA ha comprado potencia agregada por 105 MW.

Son los grandes operadores los que tienen peso en la potencia instalada en España. Unos como parte de su diversificación – IBERDROLA – y otros, pioneros en la idea, como centro principal de su negocio – GRUPO ACCIONA.
Entre los fabricantes principales, tanto para venta en nuestro país, como para la exportación, destaca GAMESA, hoy en día en proceso de fusión con SIEMENS, lo que les convertirá en líderes mundiales.

En la implantación de un parque, no se empiezan a realizar flujos positivos de recuperación de la inversión hasta el quinto año, y dependiendo del grado de financiación, los tipos de interés y la inflación, se puede llegar a una rentabilidad del 12% anual. La media de ellas se sitúa por encima del 6,5%. Esto teniendo en cuenta que la velocidad media del viento debe ser superior a 7 s/m, los tipos de interés y sus diferenciales no lleguen a superar el 7% y el precio de venta esté referenciado a la inflación.

El sector eólico debe estar bien regulado, pero en cualquier caso, no puede ser una industria rentable por las ayudas públicas.