Cómo pudo ser que aquella empresa que llegó a tener una cuota del 50% en el mercado de móviles en Estados Unidos y pocos años más tarde perdió la mayor cantidad de sus clientes, frente a sus nuevos competidores. BLACKBERRY, que llegó a tener en su momento un valor bursátil superior a los 30 mil euros, con un precio por acción superior a los 100 dólares, perdió casi todo su valor y en 2015 tenía una cotización de 6 euros cada título.
No solo su implantación fue en el mercado norteamericano, BLACKBERRY en el 2011, tenía una cuota en el mercado global del 3% de las ventas, era la sexta compañía más conocida del sector y uno de cada cuatro móviles inteligentes que eran adquiridos, pertenecían a su marca. El año 2012, cerró la compañía con 80 millones de clientes a nivel mundial.
Junto con NOKIA fueron precursores en el mercado, pero no saber reaccionar ante nuevos cambios surgidos y al hacerlo no dar con el gusto de los consumidores, destrozó el futuro de ambas. Mientras NOKIA abandonó definitivamente la producción en el año 2014, BLACKBERRY ha cedido sus patentes de fabricación de HARDWARE a dos empresas, una de China y otra de Indonesia, en un intento de, al menos, poder obtener unos FEES por el uso de la marca y la tecnología, en un negocio que para ella ya no resultaba rentable. Se entró en una espiral, donde el crecimiento de las ventas, ya de por sí mermadas a la mínima expresión, suponía mayores pérdidas. De ahí los acuerdos con TLC COMMUNICATION y PT TIPHONE MOBILE, formalizando acuerdos que permitieran la supervivencia de la marca.
Creada en el año 1984, BLACKBERRY llegó a tener fama por la calidad de sus móviles, ya que lograban en el aparato una sincronización con los servicios de correo electrónico, así como introducir otras aplicaciones a un teléfono inteligente, como podían ser la agenda, el calendario, la lista de tareas, el bloc de notas, el navegador así como aplicaciones con las redes comerciales y el uso fotográfico. Fue famosa por su techado y la facilidad que permitía en el envio de datos entre usuarios. Sus aparatos llegaron a aparecer en múltiples films norteamericanos y entre sus usuarios figuraba el presidente BARACK OBAMA.
La compañía, centrada fundamentalmente en el uso empresarial de sus aparatos, no supo darle la importancia que merecía al consumidor particular, ya que no veía posibilidad de futuro. Su filosofía era una manera de entender un servicio a su cliente, empleado de una empresa, prestándole el servicio de facilitarle su trabajo fuera de la oficina. Por otro lado, empecinarse en la negativa a cambiar diseño o funciones, le dejaron fuera de mercado. BLACKBERRY utilizaba su propio sistema operativo, BLACKBERRY OS y su sistema de mensajería BBM y cuando llego a plantearse la alianza con el sistema ANDROID, era ya demasiado tarde.
Con esta filosofía la llegada del SMARTPHONE al mercado le pilló totalmente desprevenida y la falta de tecnología frente a rivales del tamaño de SAMSUNG, APPLE o GOOGLE, la desplazaron totalmente del sector. Confiando en su modelo de mensajería, se quedo apartado ante fenómenos como WHATSAPP o LINE, que acompañado del uso de sus propios sistemas operativos, frente a la universalidad de ANDROID, llegó a ser objeto de un cambio perverso en la denominación en el sector. Se le conocía como CRACKBERRY.
Todos estos cambios provocaron una caída en ventas vertiginosa. Desde el año 2012 al 2017, hubo un derrumbe en sus cifras, desde los 18.500 millones de dólares hasta los 1.300 millones en ventas. Y en el tercer trimestre del 2018 comparado con el mismo trimestre del año anterior, las ventas volvieron a caer en un 40% adicional.
En cuanto a la plantilla, que en su momento más álgido llegó a ser de 17 mil empleados, ha bajado hasta la cifra de 4 mil, procediendo al mismo tiempo, al cierre de centros de producción en Estados Unidos. Con estos antecedentes, la compañía presenta el riesgo de tener mucha mayor dificultad que sus competidores en encontrar personal preparado, que le puede aportar valor añadido, lo que le condiciona en su plan de negocio futuro.
Todas estas pérdidas, como hemos comentado, llevaron a la compañía al borde de la bancarrota. En el año 2012, tuvieron que salir de la empresa su equipo directivo, incluyendo uno de sus fundadores, JIM BALSILLIE, que desempeñaba trabajos ejecutivos dentro de BLACKBERRY.
BLACKBERRY, que nació con la denominación de RESEARCH IN MOTION, confió el futuro en un nuevo presidente, JOHN CHEN, con otro equipo directivo.
La situación en esos momentos respondía a una pérdida total de sintonía con el mercado, con una caída continua de las ventas, en una empresa que presentaba respuestas lentas ante los cambios en un sector basado en la innovación.
Era necesaria una reconversión total del negocio, partiendo de unas ideas acertadas para su futuro. Aún así la compañía lleva los cinco últimos años en pérdidas y estas han podido ser soportadas por su estructura de capital, donde existen tres tipos diferentes de accionistas, el común, el de clase A y aquellos privilegiados, en función de sus derechos de voto o situación de prevalencia sobre los otros accionistas en caso de liquidación y por otro lado, los recursos captados mediante la emisión de bonos, donde actualmente se está intentado bajar su elevado costo del 6% a uno menor del 3,75%. Estos bonos, son convertibles en acciones futuras y permiten a la compañía gozar de liquidez.
JOHN CHEN, durante un tiempo, con cambios en el HARDWARE, decidió seguir produciendo móviles. Nuevos lanzamientos como la BLACKBERRY PRIV, esta vez con sistemas operativos propios y adaptaciones en cuanto a pantalla y teclado a lo demandado, fabricó con gran calidad y un precio de 700 dólares en consonancia con los de sus competidores, fueron incapaces de dar resultados, por lo que terminaron abandonando su producción. La fabricación de móviles, era la línea de negocio que más venta aportaba, si bien presentaba caídas ejercicio a ejercicio, siendo la mayor causante de las pérdidas.
Tomada esa solución y adaptada la compañía a su tamaño real, la bolsa supo valorar las nuevas medidas, con una subida actual de 13 dólares la acción, lo que valora BLACKBERRY en 8.500 millones de dólares.
BLACKBERRY va a basar su futuro en el SOFTWARE y los servicios, donde trabaja con mayores márgenes y goza de una especialización que le permite tener un hueco en el mercado. La compañía, actualmente vende desarrollos de programas para dispositivos móviles de otras compañías y se especializa en la CIBERSEGURIDAD. Presta servicios a bancos y compañías de móviles frente a los continuos ataques, apostando por el Internet de las Cosas, la seguridad integral, nuevos dispositivos, procesos y sistemas. Su idea es ser capaz de producir productos que reduzcan los costos en la seguridad con un funcionamiento más rápido. Para poder tener toda esta tecnología en el menor espacio de tiempo, ha incorporado a su estructura, mediante compras selectivas, compañías como ATHOC INC, WATCHDOX LTD y ENCRIPTION HOLDING. Con ellas ha desarrollado su capacidad en la plataforma en la nube, que permite compartir información de cuando se puedan activar alertas. Esta aplicación ha conseguido llamar la atención del gobierno de Estados Unidos, así como su ejército y el de marina, que actualmente se encuentra entre sus clientes. BLACKBERRY tiene la intención de intentar introducir su cabeza en los mismos estamentos en Canadá.
Otros trabajos que está realizando, es la investigación para el mercado del automóvil y la tecnología para conexiones que le puedan dotar de autonomía. En este marco entra la alianza firmada con FORD MOTOR COMPANY.
Se va a seguir con la patente cedida a TCL COMM para la producción de HARDWARE con sistema ANDROID, vigilando la calidad del producto. Este acuerdo se cifró en más de 50 millones de dólares.
También destacan los acuerdos de colaboración firmados con CISCO, WISTRON CORPORATION y los trabajos encargados por SAMSUNG y MICROSOFT. En cualquier caso, la compañía debe buscar FEES con clientes habituales con el fin de garantizarse una fuente de ingresos estables.
Esta vez, BLACKBERRY ha de ser consciente del mercado competitivo y de rápida evolución en el que trabaja, donde se producen cambios en productos, precios y servicios. Si no lo realiza corre de nuevo el riesgo de no poder mejorar, desarrollar o introducir productos competitivos en el mercado empresarial, en la medida que este lo exija.
Se busca poder aumentar la base de clientes, ser rentables, bajar los costos de financiación y aunque con un tamaño mucho más pequeño y con otros productos, volver a ser una empresa puntera.
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