Cuando en 1963 FRANCOIS PINAULT creó ÉTABLISSMENTS PINAULT en la localidad francesa de Rennes con el objetivo de poder dedicarse al negocio de la comercialización de madera, nunca hubiera podido llegar a imaginar que 56 años mas tarde bajo la dirección de su hijo,  y con la nueva denominación de  KERING, su empresa aglutinaría a un grupo de compañías de primer nivel especializadas en la industria del lujo donde estarían presentes marcas centenarias de la importancia de GUCCI, BALENCIAGA, SAINT LAURENT, ALEXANDER MC QUEEN, BOTTEGA VENTE, BOUCHÉRON, DODO, POMELLATO o BRIONI, entre otras muchas, que en conjunto venden más de 13.700 millones de euros anuales y dan empleo a más de 35 mil personas.

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Hoy en día, KERING GROUP es una gran multinacional cotizada en la Bolsa de París, miembro del selecto grupo de grandes corporaciones europeas incluidas en el EUROSTOXX 50, que presenta un valor en bolsa superior a los 57 mil millones de euros  y que en el año 2018 tuvo unos resultados netos de 2.630 millones de euros.

Pero nunca hubiera sido posible recorrer este camino sin tener en cuenta la política seguida por los máximos  directivos del grupo tendente inicialmente a la captación de recursos en sus salidas a bolsa, a las fusiones con terceros como método para crecer posteriormente y a una agresiva visión de crecimiento mediante compra de negocios con apalancamiento.

Vamos a realizar un pequeño ejercicio de historia.

Un paso para el crecimiento del entonces denominado grupo PINAULT fue su salida a Bolsa en el año 1988, lo que le permitió la captación de inversores financieros tales como el BANCO CRÉDIT LYONNAIS que le aportaron solvencia al negocio, pudiendo con ello facilitarle entre otras operaciones la compra de los almacenes LE PRINTEMPS.

Otro hito importante se culminó a principios de los años 90 al absorber LA REDOUTE, compañía especializada en el negocio minorista de ropa y artículos de decoración por catálogo. Con todo ello se lograba crear el grupo PINAULT-PRINTEMPS-LA RODOUTE, conocido posteriormente como PPR.

Pero sin lugar a dudas, el golpe de mayor calado se realizó a finales de la década de los 90 cuando se decidió emprender una política agresiva de compras de empresas centenarias ligadas al negocio del lujo, realizando para ello fuertes inversiones.

En 1999 se adquiere el 42% de participación en GUCCI, para posteriormente terminar haciéndose con el control total de la prestigiosa firma. Esta marca, creada en Florencia en 1921, aporta a KERING actualmente el 63% de su cifra global de negocio, representando el mayor activo del grupo.

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A esta operación le siguieron la adquisición en el mismo año de la casa de moda YVES SAINT LAURENT y la marca de alta joyería BOUCHERON.

A todo ello hay que añadir las compras a principios de siglo que se realizaron de la firma de artículos de cuero de alta gama BOTTEGA VENETA, de la compañía de moda de origen español BALENCIAGA y la asociación pactada con ALEXANDER MCQUEEN.

A todas estas operaciones y ya bajo la dirección de FRANCOIS-HENRY PINAULT, hijo del fundador y actual presidente del grupo, hay que sumar la incorporación de otras empresas de gran prestigio como la relojera GIRARD-PERREGAUX o la casa de ropa de lujo italiana BRIONI.

En este camino KERING también realizó desinversiones en negocios considerados no estratégicos, tales como la venta de su participación en FNAC o la recientemente anunciada salida de la empresa alemana de ropa deportiva PUMA o la norteamericana VOLCOM, en un intento de lograr posicionarse en sus negocios estratégicos y no dispersar sus esfuerzos de control y gestión del negocio.

Solo la venta de PUMA aportó a las cuentas anuales del GRUPO KERING durante el año 2018 unas plusvalías netas de 1.148 millones de euros. La operación de salida de VOLCOM se ha materializado con un acuerdo con AUTHENTIC BRANDS GROUP (ABG), formalizado en el mes de abril de este año, que le va a permitir centrarse en Estados Unidos en el mercado del lujo.

La venta de la participación de KERING en FNAC, realizada con mucha anterioridad a PUMA y VOLCOM, fue una buena oportunidad de salida para la compañía, que sin embargo ha supuesto enormes pérdidas para el comprador, el grupo alemán CECONOMY, por el alto precio pagado y el deterioro en las cuentas que a raíz de la fusión con DYRTY sufre la cadena de distribución francesa.

Pero pese al tamaño de KERING, ésta se encuentra a enorme distancia del líder del sector LVMH (MÖET HENNESY. LOUIS VUITTON), que se haya mucho más diversificada en sus ofertas de productos y que tiene un valor en bolsa tres veces superior.

Para aumentar su rentabilidad a largo plazo y afianzar el crecimiento que en este primer semestre de 2019 se ha consolidado con un incremento en ventas superior al 18%, KERING ha decidido apostar claramente por mejorar su logística de abastecimiento con la idea de aumentar la productividad y reducir costos, consiguiendo al mismo tiempo acortar los plazos de suministro y una mejor coordinación en su red omnicanal.

Así, se está realizando una fuerte inversión tanto en Estados Unidos, con un nuevo almacén en New Jersey, como en Novara (Italia), donde se trasladarán las actividades logísticas que actualmente se realizan desde Suiza.

En el lado comercial, aunque las perspectivas a corto plazo parecen positivas a nivel mundial para el sector del lujo, donde se estima un crecimiento anual para 2019 entre el 4% y el 6%, KERING ha decidido apostar por su propia red comercial, actualmente compuesta por 1.306 tiendas propias, con una apuesta clara por crecer fuera de los países de la Eurozona, donde ya realiza más del 79% de sus ventas. Actualmente el 56% de sus establecimientos propios se encuentran en mercados maduros, mientras que el 44% restante lo está en economías emergentes.

China, tanto en el mercado local como por las adquisiciones que sus ciudadanos realizan en sus viajes turísticos, es un gran mercado que puede decrecer en un futuro si se confirma la desaceleración que sufre su economía y el país no llega a un acuerdo satisfactorio en sus relaciones comerciales con Estados Unidos.

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Zonas limítrofes, especialmente Corea del Sur, Macao y Hong Kong, también están cayendo en sus ventas, a lo que habría que sumar las posibles consecuencias negativas que en el sector del lujo pueden causar las protestas de la población que recientemente están sucediendo en Hong Kong.

Por tanto, Estados Unidos y los países emergentes deben ser una apuesta clara de la dirección si se quiere consolidar la presencia de KERING en el mundo.

Por otro lado, KERING va a realizar un esfuerzo notable en implantación de tiendas libres de impuestos en aeropuertos y otras zonas comerciales de igual consideración, así como para fomentar la inversión destinada a la adquisición de franquicias de sus propias marcas para la explotación por la compañía.

También en cuanto a productos KERING tiene que centrar sus esfuerzos de fabricación. Su presencia en el sector de relojes es pequeña y se trata de un mercado muy fragmentado, mientras que los crecimientos en accesorios y joyas se auguran mayores para el futuro.

El motor del grupo sigue siendo GUCCI, que durante el primer semestre del año 2019 aportó dos terceras partes del crecimiento global y donde destacan sus ventas a minoristas.

Es evidente que KERING tendrá que posicionarse en una gama de productos más elitista y centrarse en un selecto número de marcas y productos si quiere aumentar su rentabilidad.

A todo lo expuesto anteriormente KERING afronta adicionalmente tres retos futuros que pueden ser preocupantes sino se saben arreglar con transparencia.

Una es el acuerdo alcanzado con el gobierno italiano a raíz de un fraude fiscal cometido a lo largo de siete años en las cuentas de GUCCI y cuyo importe final ha ascendido a más de 1.250 millones de euros, sanciones e intereses incluidos. Las dudas sobre la tributación incorrecta basándose en una sociedad pantalla en Suiza sobre los negocios que GUCCI realizaba en Italia, siembran dudas sobre el resto de participadas con negocio base en ese país y no parecen propias de una empresa de este tamaño y prestigio, más incluso si se tiene en cuenta que se trata de una multinacional cotizada. Este acuerdo resta enorme tesorería al grupo para este ejercicio y lo que es peor, le resta también credibilidad.

A todo ello hay que sumarle el acuerdo tomado por el Consejo de Administración de KERING autorizando a la compañía para recomprar el 1% de su capital en Bolsa para posteriormente proceder a su amortización. Comprar a 580 euros la acción, cuando su valor actual es de 480 euros no parece un buen negocio. Pero más si tenemos en cuenta que la valoración actual de la compañía parece excesiva después de haber subido más de un 50% en los últimos cinco años.

Su principal accionista, la familia PINAULT, a través de su brazo inversor ARTÉMIS, está realizando inversiones en el sector de lujo sin contar con KERING, como se puede apreciar en la reciente compra de la casa de subastas CHRISTIE´S, que puede poner en duda la plena dedicación de su presidente a la gestión de su participada.

A raíz del protagonismo del presidente de KERING en los medios de comunicación franceses y precisamente a través de ARTÉMIS, se ha conocido la decisión tomada de donar 100 millones de euros para la reconstrucción de la Catedral de Notre-Dame, devastada después de un terrible incendio. Gracias a ella su grupo se podrá beneficiar de una desgravación del 60% en el impuesto de sociedades, siempre con un tope del 0,5% del volumen de ingresos, lo cual puede ser efectivo siempre que siga consolidando en el grupo las ventas que se realizan a través de KERING.

En los cuadros siguientes mostramos las principales magnitudes económicas del grupo.

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