El METRO DE MADRID es la red de ferrocarriles urbanos que dan servicio a su ciudad y al área metropolitana. Compuesta por 301 estaciones, 2.322 coches y 294 kilómetros de vías, es la tercera línea más grande de Europa, por detrás de Londres y Moscú, donde viajan anualmente 569 millones de personas. A lo largo de su historia se ha demostrado fundamental para las comunicaciones en la ciudad, así como los desplazamientos en horas punta, siendo el medio de transporte más rápido, cómodo y puntual en los movimientos urbanos. Su uso está totalmente extendido entre la ciudadanía, existiendo diferentes modalidades de pago, si bien el más utilizado, analizando las fuentes de ingresos, es el billete individual para 10 viajes.

La Sociedad METRO DE MADRID, a través del CONSORCIO REGIONAL DE TRANSPORTE DE MADRID, órgano dependiente de la COMUNIDAD DE MADRID, es desde 1986, la titular de las instalaciones, explotación y mantenimiento, después de sustituir a su anterior gestor, COMPAÑÍA METROPOLITANO DE MADRID.

La mayor inversión realizada en modernizar la red ferroviaria, así como la apertura de nuevas estaciones y kilómetros de desplazamiento, se realizó entre los años 2003/07, con la apertura de 90 estaciones nuevas y más de 80 kilómetros construidos nuevos. Esta obra y las posteriores de mantenimiento, han permitido unas instalaciones modernas, líderes en Europa, permitiendo la comunicación entre cualquier zona de la ciudad y facilitando los movimientos, con su comunicación tanto con la red viaria de trenes, como los servicios aeroportuarios. Estas inversiones y su financiación son causa del fuerte endeudamiento que soporta la compañía, ya que con su flujo normal de Caja, jamás se hubieran podido acometer las obras.

Desde el año 2008, donde se produjo el record de 685 millones de personas desplazadas anualmente, se ha ido perdiendo clientela, hasta llegar a las actuales cifras. Esto viene a representan una bajada del 8%, debido a la pérdida de población al inicio de la crisis y posiblemente al menor uso de medios de transporte, como consecuencia del aumento del desempleo. En los últimos años se plasma ligeros aumentos, que sin ser excesivos, podrían manifestar una ligera mejora de la situación económica.

El inmovilizado material de METRO DE MADRID, que está constituido por sus instalaciones, cocheras y medios de transporte, es la principal partida de su activo, con una inversión neta después de amortizaciones, de 1.297 millones de Euros. Está partida es financiada mediante la emisión de deuda y por subvenciones y donaciones públicas. Recientemente ha sacado a subasta la venta de parcelas propiedad de su patrimonio, para el desarrollo de promociones inmobiliarias. Controversias entre el Ayuntamiento y la Comunidad de propietarios adjudicataria, ponen salvedades al buen fin de la operación.

En cuanto a los ingresos, que vienen descendiendo en un 30%, desde sus topes más altos, son derivados de las causas antes anunciadas, así como una clara política social de ayuda a clases desfavorecidas, jóvenes, familias numerosas y personas mayores, pero no dejan de demostrar una línea solida de ventas, que asciende a 790 millones de Euros. Los gastos de personal se mantienen estables en los últimos años y donde se ha realizado un esfuerzo, es en los gastos de explotación, que han descendido desde los 775 millones de euros hasta 450 millones.

No obstante, el resultado de explotación es deficitario en todos los ejercicios. Esto no puede ser de otra forma, debido a que como servicio público, con los distintos intereses que tiene que intentar cubrir, busca la sostenibilidad económica, permitiendo perdidas controladas, ya contempladas en los Presupuestos de la COMUNIDAD DE MADRID.

La labor de la estructura de la Compañía, ha servido para prestar servicio mediante distintas fórmulas de asesoramiento, tanto en instalaciones y obras, como comercialmente, a otros metros construidos en otras ciudades. Entre ellas se encuentra Lima, Quito, Santo Domingo y la española, Sevilla. En aras a la transparencia de una Sociedad Pública, merece la pena, publicar las cantidades facturadas por los diferentes servicios, los márgenes obtenidos y una especificación de los equipos técnicos que han trabajado en ello, para conocer si son propios o de terceros. En cualquier caso, aclarar estos puntos, aparte de ser obligatorios, da limpieza a la gestión de la compañía.

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